Recientemente, ProColombia y Marca País han lanzado una obra que reúne la magia de Colombia en 212 páginas. Se trata de El libro de la calidez, un ensamble de historias y fotografías en alta calidad que explican por qué este es el país más acogedor del mundo.
En unos meses voy a visitar Colombia por trabajo, y como tengo unos días para recorrer el país, me descargué El libro de la calidez para saber qué hacer. Confieso que mi idea era acceder a una guía sobre las actividades más diversas para realizar allí, pero al sumirme en estas páginas, descubrí que la obra es mucho más que eso. Gracias a ella, pude entender qué hay tras la calidez colombiana y cómo esa cualidad forja la idiosincrasia de uno de los países más amables para conocer.
Empezando por la sonrisa de su gente. Un gesto recurrente que me llamó la atención de las hermosas fotografías, algo que los colombianos llevan impreso casi consuetudinariamente, que realizan con liviandad y altos grados de autenticidad. Colombianos y colombianas sonríen mostrando los dientes, elevando el rostro al cielo y achicando los ojos, olvidándose que puede haber motivos para no sonreír. Pero este no es el caso, porque para ellos sonreír no es una decisión, es parte de sí mismos. Como expresa uno de los pasajes del libro, la amabilidad y la sonrisa son compañeras: “[…] Empiezan a cambiar la historia de una ciudad que brilla con el sol y con la sonrisa de sus habitantes, dispuestos a darte un buenos días en la calle así no sepan quién eres, o darte indicaciones tan detalladas para que no te pierdas”.
Son esa clase de amigos que todos quieren visitar. A lo largo y ancho de su territorio, recorriendo las seis regiones que propone el libro, los habitantes del país son una puerta abierta a sus hogares, a una taza de café de Manizales y un mapa de consejos sobre el paraíso donde viven los delfines rosados. Así lo afirma la historia de Farid, un lugareño de San Andrés: “Vive orgulloso del sentido de la hospitalidad que guardan las personas de la isla. Para él, haber crecido junto al mar le ayudó a ser más abierto y a entender la calidez como el respeto por las diferencias y la capacidad de construir con las personas”.
Tienen todos los biomas en 1.139 millones de km². Ellos se corresponden a clima húmedo ecuatorial, desértico tropical y bosque seco tropical. Por eso ya sea en el mar, en la montaña, en el río y en el bosque, con lluvias o sin ellas, con temperaturas cálidas o frescas, la templanza se apodera del clima y de los cuerpos. “Esa calidez que tiene la guadua cuando el viento sopla es la misma que tiene la gente de aquí. Una calidez alegre y fragante”, narra otro de los pasajes del libro.
El respeto por lo propio y el orgullo para el mundo. En Colombia, sus habitantes aman la naturaleza y lo que ella les provee, pero más aman mostrar el majestuoso entorno natural que es su tierra, además de su cuidado y alternativas de sustentabilidad. Así se infiere de uno de los capítulos de Tutunendo, Chocó: “Edwin ha sido un ejemplo de aquellos emprendedores que no quieren huir de su tierra, más bien, sueñan con ser anfitriones de la selva; es uno de los muchos enamorados de su región”.
Con todo, además de tener hermosas descripciones escenográficas donde se anclan las historias, El libro de la calidez es un trabajo pormenorizado de aquello que merece ser narrado. Por ello, es altamente recomendable.
