En la tierra pampeana se te pierde la vista de belleza.
Hay infinidad de lugares para descubrir, que parece que tuvieran un millón de años sin el paso de un alma.
Los pueblos, además de helados, parecen congelados en el tiempo.
Y a donde sea que mires, vas a encontrar algo increíble.
La naturaleza es tan imponente en este lugar, que te hace sentir diminuto.
Muy pequeñito.
Parte del encanto de estos paisajes, es cómo cambian con el tiempo. En invierno van vestidos de blanco.
En verano se pintan de colores.
¿Te imaginas viviendo en un lugar como este?
A ellos se los ve muy felices.
Está bien, si no te quieres mudar, al menos puedes ir a quedarte unos días en un lugar así.
Con este lago a minutos caminando.
Y esta aletita de tiburón un poquito más arriba.
Y si te sientes con espíritu aventurero, puedes quedarte a ver este amanecer.
Y con la misma, cruzar la frontera nuevamente.
Y empezar a descender.
¿Ya te está gustando la idea?
A este guanaco parece que sí.
¿Te lo vas a perder?
Yo te recomendaría que no.