Las condiciones de sequía en Argentina están provocando condiciones propicias para la generación y propagación de grandes incendios en gran parte del centro y norte del país. Lamentablemente, un total de 11 provincias han sido afectadas por los incendios, ocasionados por una de las peores sequías de los últimos años.
La sequía y la intervención humana son dos de las razones que han agravado la situación de los incendios en Argentina. Según el Servicio Meteorológico Nacional, algunas localidades llevan más de 100 días sin precipitaciones.
Una imagen publicada por el Servicio Nacional de Manejo de Fuego muestra a unas 9 provincias del territorio argentino como vigentes focos de incendio, escenario que se ha sido acrecentando a lo largo del año. Entre ellas se destacan Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba:
Es tal la desesperación ante el catastrófico porvenir respecto a los incendios en Argentina, en caso de seguir incontrolable el fuego en las zonas más afectadas, que ONGs y ambientalistas han recurrido a presentar un pedid ante el Relator Especial sobre los Derechos Humanos y el Medio Ambiente de las Naciones Unidas.
Una misiva firmada por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Casa Río, Fundación Cauce y Taller Ecologista expresa al respecto: «Desde febrero, nuestras organizaciones vienen advirtiendo del riesgo de una nueva crisis de incendios, como las que se han dado en veces pasadas, en razón de las condiciones meteorológicas e hidrológicas reinantes. Sólo en el Delta del Paraná se han registrado hasta el momento cerca de 25 mil focos que afectaron 300.000 hectáreas. Estos sucesos impactan severamente en la biodiversidad, así como la seguridad de las personas que habitan especialmente en el sector de islas del Delta del Paraná, muchas de ellas en situación de vulnerabilidad«.
Cabe destacar que, ante esto último, el ámbito de la salud también ha tomado cartas en el asunto: la Sociedad Argentina de Pediatría brindó una serie de recomendaciones para prevenir daños en la salud a causa de los incendios. Entre las principales recomendaciones se incluyen el cierre de ventanas y puertas, evitar estar al aire libre o hacer deportes cuando ocurra algún incendio forestal en la zona, como así también evitar el uso del aire acondicionado para evitar el intercambio con el aire exterior.
«La mitad de la geografía nacional se ha convertido en combustible para un fuego que se ha vuelto incontrolable» levanta el periódico El País.
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