Lo habíamos advertido en mayo de 2018, cuando las autoridades que conforman el Gobierno egipcio anunciaron una insólita medida que trae aparejado un ambicioso proyecto de planificación y edificación: la construcción, desde cero, de una nueva capital de Egipto.
Ahora, unos cuantos meses más tarde contamos con mayores precisiones sobre la propuesta que, si bien no pretende sustituir al histórico Cairo de corazón milenario, constituido de manera exitosa como una extensa capital situada en el río Nilo, tiene como principal propósito dotar a la República Árabe de Egipto de una nueva capital.
Se trata de la Nueva Capital Administrativa (NAC) construida en medio del desierto, un desarrollo urbanístico que presumirá de su modernidad y espíritu ecológico como prolongación de la superpoblada ciudad de los minaretes.
Iniciada en 2016, su edificación fue dividida en tres fases. La primera de ellas, que incluye la terminación de la llamada barriada gubernamental (ministerios, el parlamento, la sede de la presidencia, un conjunto de rascacielos, un complejo residencial, instituciones culturales) está actualmente al 70 por ciento de ejecución.
Según ha indicado Khaled El Husseiny, vocero del megaproyecto, esta urbe ha sido concebida a modo de extensión, es decir nunca como reemplazo, de la megalópolis cairota, para aliviar la presión sobre ese antiguo asentamiento donde viven unos 25 millones de personas cerca de las legendarias pirámides, entre joyas islámicas y otras reliquias de siglos. La NAC se sitúa a unos 40 kilómetros de El Cairo y podrá acoger a unos seis millones de pobladores.
La NAC (por sus siglas en inglés) que exhibirá con orgullo la torre más alta de África, dedicará un gran porcentaje de su superficie total a plantar árboles. Según el diseño tendrá una inmensa zona verde en su centro, alrededor de un lago artificial inspirado en el Nilo, lo que no resulta extraño en un país donde son escasas las lluvias, acostumbrado a idear canales para aprovechar su único curso de agua.
El distrito cultural, de 150 hectáreas, abrigará a la mayor Casa de la Opera de Oriente Medio, teatros, cines, y al Museo de las Civilizaciones, donde expondremos tesoros de nuestra tierra desde los faraones hasta la actualidad, pero también de otras partes del mundo… No faltará un complejo deportivo, que acogerá a inicios de 2021 al Campeonato Mundial de Balonmano Masculino, así como un vecindario diplomático para las numerosas embajadas existentes en la nación norafricana, hoteles, universidades, escuelas internacionales y centenares de templos islámicos.
Khaled El Husseiny, vocero del proyecto.
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