Valencia es la tercera ciudad más grande es España y la primera en comenzar a medir y monitorear las emisiones de carbono que se generan con las actividades turísticas. Esto forma parte de una nueva estrategia de turismo sustentable, siendo la ciudad una de las primeras a nivel mundial en establecer este tipo de mediciones. Vale tener en cuenta que desde hace ya un tiempo, Valencia está aplicando diferentes medidas hacía un futuro más verde y la sustentabilidad es uno de los pilares fundamentales.
Hace un tiempo, la oficina de turismo de la ciudad, Visit Valencia realizó un estudio en el que se encargaba de medir las emisiones de carbono de actividades turísticas en diez áreas diferentes. Entre estas se incluían la administración del agua, el desperdicio, la circulación del transporte alrededor de la ciudad y estadía. De acuerdo a esta investigación, se descubrió que el turismo generó alrededor de 1.3 millones de toneladas de dióxido de carbono solo en 2019 y que, según los resultados, más del 80% de las emisiones correspondían al transporte hacia la ciudad en tanto que dentro de la ciudad se registró un 1%.
Por otra parte, el estudio también reveló que las gases de efecto invernadero que se generan a partir de la actividad turística equivalen a un tercio del generado por el consumo de los residentes locales, lo que implica un gran impacto. Vale tener en cuenta que Valencia no es el único lugar en tener en cuenta el impacto que tienen los turistas y las actividades que realizan en el ambiente local.
Hace unos días las autoridades de Costa Rica anunciaron el Compromiso Pura Vida, mediante el cual busca que los turistas contribuyan con una donación voluntaria para apoyar planes de reforestación, de regeneración de espacios naturales y la implementación de sistemas agroforestales. De esta forma, se trata de generar un turismo sustentable y responsable a través de la compensación de las emisiones que generan.
Por parte de Valencia, la ciudad apunta a convertirse en un destino con emisiones de carbono nulas para 2025. Según lo informado, la ciudad está evaluando la opción de hacer que todo el sistema de transporte público sea eléctrico y, al mismo tiempo, crear más espacios verdes para que los parques puedan absorber y compensar parte de las emisiones de carbono.