Las autoridades de Suecia tomaron la decisión de incorporar restricciones para intentar frenar la propagación de COVID-19 entre la población. La medida se da en el marco de una segunda ola de contagios de coronavirus que está atravesando todo el continente de Europa. Recordamos que al inicio de la pandemia, el país tomó la decisión de abordar la pandemia desde un enfoque diferente: sin confinamiento ni aislamiento obligatorio, sino a través del distanciamiento social.
Suecia se vio obligada a cambiar la estrategia que estaba utilizando para enfrentar al coronavirus. Esto se debe a la cantidad de casos positivos que se registraron en el país en esta segunda ola de contagios y que los hospitales temen una posible saturación del sistema sanitario. La región de Estocolmo, una de las más afectadas hasta el momento, solicitó ayuda a la Oficina Nacional de Salud el pasado miércoles, 9 de Diciembre, para que les envíen más personal de salud teniendo en cuenta que las guardias se encontraban saturadas con casos de COVID-19, según informó la agencia de noticias Reuters.
Las restricciones impuestas por el gobierno en esta segunda ola incluyen un límite de ocho personas para las reuniones sociales y el cierre de las escuelas secundarias. Previamente se ha establecido un toque de queda para la venta de alcohol en bares y restaurantes, los cuales deben dejar de vender a las 10:00 p.m. y cerrar media hora después. La finalidad de estas medidas es frenar la circulación del virus y evitar el colapso del sistema sanitario.
El pasado jueves el país registró un número récord de casos positivos de COVID-19, reportando un total de 7935 de contagios nuevos. Según informó Irene Nilsson-Carlsson, consejera de la Oficina Nacional de Salud, el sistema sanitario aún cuenta con 148 camas de cuidados intensivos libres, las cuales representan el 22% de la capacidad total.
D que comenzó la pandemia Suecia ha registrado un total de 7354 muertes por coronavirus.