Dramático escenario para viajeros que se encontraban disfrutando del calor carioca: ante un rebrote de casos de COVID-19 en Brasil, el municipio de Buzios ordenó la inminente salida de los turistas. Los mismos tienen un plazo de 72 horas para abandonar el lugar y, al mismo tiempo, los hoteles tienen prohibido aceptar nuevos huéspedes en sus instalaciones.
Se trata de una decisión judicial la Justicia del Estado de Río de Janeiro, entidad que consideró que el fuerte aumento de contagios en los últimos días genera un “riesgo muy alto” de colapso en el sistema sanitario local. De esta manera, Buzios se ve obligado a dar marcha atrás con las flexibilizaciones de la cuarentena.
Precisamente, un tribunal de Río de Janeiro decidió el pasado miércoles que la ciudad de Armação de Búzios debe volver a suspender sus actividades tal como venía realizando en el marco de un intento de reactivación de la economía interna. Piden retornar a la «bandera roja», es decir, a un cierre casi total de actividades no esenciales. Entre ellas la recepción de turistas.
Al respecto, el juez Raphael Baddini de Queiroz Campos señaló que Búzios se encuentra en estado de alerta y tiene “un riesgo muy alto de colapso de la red de salud y necesidad de un aislamiento social completo”. Según cifras, en siete días los casos positivos subieron de 744 a los actuales 968.
En paralelo, el fallo emitido hace tan solo unas horas indica que los restaurantes podrán actuar solo con delivery y no podrán funcionar los hoteles, justo coincidente en la época de temporada alta que ocurre la semana entre Navidad y Año Nuevo.