Irlanda es un país con mucho para ofrecer, desde ciudades encantadoras hasta paisajes naturales utilizados como escenarios en cientos de películas. Hoy te contaremos todo lo que se puede hacer en Cork, la segunda ciudad más grande de Irlanda pero que aún conserva su encanto de “pueblo”, donde el orgullo citadino de sus habitantes se transmite a través de amables sonrisas y gentilezas.
¿Por qué visitar Cork?
Claro que muchos viajeros se hacen esta misma pregunta, ya que pareciera que de Irlanda solo se puede visitar Dublín. Año tras año la ciudad de Cork se transforma y reinventa atrayendo a mayor cantidad de turistas, lo que hace que no sea un destino turístico tan masivamente explotado.
Por otro lado, los atractivos de la ciudad están muy próximos unos de otros, lo que hace que sea un sitio perfecto para caminar y recorrer en un par de días. Los alrededores de Cork son capítulo aparte, muchos viajeros rentan coches en la ciudad y utilizan algunos días para visitar “lo verde de Irlanda” y deslumbrarse con paisajes y atardeceres.
¿Qué hay en Cork?
- Iglesias medievales y arte urbano en un mismo lugar: aunque parezca imposible, en Cork es posible. El barrio de Shandon es un lugar increíble donde la combinación entre religión y expresiones artísticas urbanas, son posibles, siendo uno de los barrios más emblemáticos de la ciudad.
- La joya de la ciudad: el English Market. Un mercado construido en el año 1788, reconstruido en diversas oportunidades pero conservando la esencia de la magia de la gastronomía local a través de puestos de productos frescos y comida típica. El English Market es el sitio más famoso y recomendable de visitar en la ciudad que recibe turistas durante todo el año y de distintas partes del mundo (hasta la mismísima Reina Isabel II visitó el English Market y lo amó!).
- Souvenirs y algo más: la calle St. Patrick’s Street “Pana” para los locales, es la calle comercial, ganadora del premio a la mejor calle comercial de todo Irlanda, perfecta para comprar lo que uno quiera del país.
Dato curioso: lo mejor es caminar por los pequeños callejones que corren perpendicular a St. Patrick’s Street y descubrir el arte urbano, los “pubs escondidos” y hasta cafeterías con un encanto completamente inusual.
- Marche preso! La antigua cárcel de Cork funcionó como cárcel mixta y durante su ultimo tiempo, únicamente de mujeres, para todo quien haya cometido algún delito dentro de la ciudad. La cárcel, reabierta como atractivo en el año 1993 es un gran sitio para visitar dentro de la ciudad.
- Un paseo en kayak por la ciudad: como para sumarle más encanto a la ciudad (si es que se puede), una de las mejores actividades que hacer en Cork es pasear por sus canales y por debajo de sus puentes a través de un kayak, permitiendo admirar la belleza de la ciudad desde otra perspectiva.
¿Cómo moverse en Cork?
Siempre que se visita una ciudad, del país que sea, es importante tener en cuenta la forma de manejarse. En este caso, como te habíamos dicho antes, Cork es una de las ciudades más grandes de Irlanda pero, al mismo tiempo, conserva su encanto de pueblo, lo que hace que la mayoría de los atractivos se encuentren a pocos pasos de distancia.
Caminar por la ciudad hace que sea la mejor forma de trasladarse, no solamente por la proximidad de los atractivos sino también que las calles, los callejones y los rincones perdidos, forman parte del encanto de la ciudad en sí y permiten a los viajeros no perderse de la característica principal de la ciudad: su gente.
¿Qué más hacer en Cork?
Además de la ciudad y de lo pintoresco de sus callecitas, muchos viajeros optan por destinar algunos días a visitar los alrededores de la ciudad. En este caso la alternativa de rentar un auto es una gran opción, permitiendo visitar más sitios en menor tiempo.
A no más de 15 kilómetros, o 25 minutos en tren de la ciudad de Cork, se encuentra Cobh, un pueblo portuario: uno de los preferidos por los viajeros. Cobh es el antiguo puerto de la ciudad, sitio de defensa naval y, además, el último lugar donde atracó el Titanic antes de su hundimiento en el año 1922. Además de la importancia histórica, el pequeño pueblo tiene su encanto a partir de las hileras de casitas de colores perfectas para una foto del tranquilo pueblo irlandés.
En otras palabras, Irlanda es un destino maravilloso por donde se lo mire, desde la naturaleza, la arquitectura, la historia, la cultura y hasta la gastronomía. Los turistas que visitan el país se sienten “como en casa” y no pierden la oportunidad de conversar en un pub con algún local, compartiendo unas cervezas, quienes, seguramente muy gustosos, contarán historias de antepasados, leyendas y curiosidades de cada uno de sus pueblos.