En la última semana, España ha sido protagonista de una histórica nevada: Madrid, su ciudad capital, recibió un insólito temporal de nieve, el mayor en 60 años, que cubrió de blanco la mayor parte de la localidad.
Más allá de la insólita estampa blanca que, bien a pie o bien sobre esquís, los ciudadanos de Madrid han salido a disfrutar con el típico armado de muñecos de nieve, la borrasca Filomena también ha traído consigo el desastre provocado por árboles caídos sobre la carretera, coches atrapados, señales partidas, calles cortadas, entre otros incidentes ocasionados.
Sin embargo, volviendo a lo anecdótico, algunas de las calles más emblemáticas de la ciudad, como la Gran Vía, se convirtieron en auténticas pistas de esquí. Además, originales esculturas heladas y una batalla campal de bolas de nieve también se apoderaron de estas coordenadas:
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