Se trata de un proceso de transformación que tendrá lugar en el mismo predio donde funcionó la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Precisamente allí, las autoridades de Quito buscarán abrir el nuevo Centro de Biodiversidad que promete ser uno de los más grandes y más modernos espacios de interpretación y educación vinculados a la sustentabilidad de los que se tenga registro.
Así es como surge «Biodiversa«, la propuesta de un museo interactivo para descubrir y proyectar la megadiversidad desde la «mitad del mundo». Como si fuera poco, desde Quito consideran fundamental apostar a este tipo de iniciativas ya que, en términos turísticos, podría concebir una distinción importantísima para reconocer a la capital ecuatoriana como la puerta de entrada para el turismo de naturaleza del país.
De esta manera y según ha trascendido, la idea del Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Ecológica ecuatoriano, junto al Instituto Nacional de Biodiversidad (Inabio) es aprovechar el imponente escenario del edificio de Unasur para crear el mayor museo interactivo del país. Según los planes presentados, tendrá como característica también ser uno de los más grandes de Sudamérica dedicado exclusivamente a mostrar e interpretar la biodiversidad del país.
Cabe destacar que Ecuador es una las 196 naciones que son parte del Convenio de la Diversidad Biológica, que año a año celebran el 22 de mayo como el Día Mundial de la Biodiversidad. Este convenio es el instrumento internacional para “la conservación de la diversidad biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y equitativa en los beneficios que se derivan de la utilización de los recursos genéticos”. Biodiversa será un ejemplo de las tareas que Ecuador realiza para actuar en consecuencia, ya que el principal propósito será transformar de manera positiva el vínculo que existe entre el ser humano con su entorno.
En su interior, “Biodiversa” contará con salas de exhibición dinámicas, rincones sensoriales, espacios de bioeconomía, un observatorio de la biodiversidad, un “biocine” y colecciones científicas, entre otras propuestas de entretenimiento y concientización. También contará con espacios para el funcionamiento de un Centro de Intercambio y Negocios de la Biodiversidad, donde tanto personas, asociaciones y distintas iniciativas tendrán allí un espacio de encuentro, intercambio y también comercio de productos relacionados a la biodiversidad, generando así un verdadero polo de desarrollo.
Sin dudas, esta apertura creará una mayor coherencia para aquellos viajeros que lleguen a Ecuador interesados en su naturaleza, encontrando una propuesta introductoria antes de viajar hacia cualquiera de los “Cuatro Mundos” en los que el país viene segmentando sus regiones desde hace años: la Amazonía, la costa, la sierra y las Islas Galápagos. De hecho, vale rescatar que Ecuador tiene históricamente una muy específica demanda vinculada al turismo científico, y los especialistas encontrarán ahora también en Quito un espacio donde conectarse e intercambiar información con los expertos locales, quienes se espera que utilicen a “Biodiversa” como centro de investigación.