Mientras la agenda mediática se sorprende y horroriza por igual ante la llegada al mar de restos de lava provenientes de la erupción del volcán situado en La Palma, el 29 de septiembre también se reportó otro fenómeno natural de la misma índole. El volcán Kilauea, en la gran isla de Hawai’i, más precisamente en el Parque Nacional de los Volcanes de Hawai’i, comenzó a entrar en erupción. La cumbre, llamada cráter Halema’uma’u, se está convirtiendo en un lago de lava cuando se abren grietas en la pared y el piso del cráter.
El Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, establecido en el año 1916 en la isla de Hawái, muestra el resultado de cientos de miles de años de actividad volcánica, migración y evolución-Procesos que arrojan tierra virgen desde el mar y lo visten con un ecosistema único y complejo, además de una cultura humana diferente. Por su parte, el volcán Kīlauea es un volcán en escudo, el más reciente y activo de los cinco que conforman la isla de Hawái. Se trata de uno de los volcanes más activos de la Tierra. Las coladas más antiguas, submarinas, han sido datadas con una antigüedad de cerca de 300.000 años.
Según ha trascendido, esta última erupción se encuentra actualmente en lo que los funcionarios del gobierno describen como la fase de apertura, que puede ser «dinámica e incierta«. Las fotos han sido registradas gracias a las cámaras del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), quienes precisaron que, desde el momento de la erupción hasta la mañana del 30 de septiembre, el lago de lava se elevó de unos 225 metros a más de 240 metros.
Cabe destacar que la última vez que Kilauea pasó por lo que se llama un período explosivo fue alrededor del siglo XVI. Terminó a principios del siglo XIX con fuentes de lava que se dispararon a una altura estimada de 2,000 pies y mataron a cientos de personas cuando las explosiones enviaron mantos de ceniza, lava y gases sobre la parte sureste de la isla. No obstante, el USGS señala que el volcán ha estado principalmente en un estado efusivo desde 1823 a medida que la caldera se llena lentamente de flujos de lava.
El registro de actividad en torno a este volván indica una erupción en el año 1924 que envió literalmente toneladas de rocas a media milla del cráter durante 17 días. El estado efusivo continuó poco después, pero los científicos han llegado a la conclusión de que Kilauea «eventualmente regresará a un largo período de actividad principalmente explosiva«. En 2018, una erupción obligó a cerrar el parque durante cuatro meses. En cuanto a sus últimos movimientos, justo antes de la Navidad de 2020, Kilauea hizo erupción y lanzó chorros de lava a 165 pies hacia el cielo.