¿Quizás esta sea una señal de que lo último que hay que perder es la esperanza? Una mujer de 86 años perdió su alianza de casamiento y gracias a un vecino muy dedicado se pudo reencontrar con el anillo 50 años después de haberlo perdido.
El nombre de la mujer es Peggy MacSween, y hace varios años se encontraba juntando papas en su casa ubicada en la isla de Benbecula, que forma parte de las islas Hébridas, Escocia, cuando su alianza de casamiento se le salió. Eso sucedió hace unas 5 décadas y luego de varias décadas llegó a creer que ya «no había forma de encontrarla». Eventualmente, su marido le regaló otro anillo para reemplazar el que se había perdido pero en un giro sorprendente, un vecino se dedicó a la tarea de encontrar la alianza original.
MacSween le contó la historia de su alianza a un vecino que casualmente se dedica a detectar metales. Su nombre es Donald MacPhee y decidió convertir la búsqueda del anillo en su misión personal. Fue así que pasó tres días buscando alrededor de donde en su momento estaban las papas, con su detector de metales. No fue una tarea fácil ya que en el último tiempo esa zona se llenaba de personas que se juntaban a tomar, por lo que había muchas anillas con las que se abren las latas.
Finalmente, luego de tres días de búsqueda y 90 hoyos después, MacPhee logró dar con el oro. Literalmente. «El problema con los anillos de oro es que hacen el mismo ruido [en el detector] que las anillas de las latas y encontré muchas de esos- así como también otras cosas como herraduras y latas», dijo el vecino al sitio de noticias The Guardian.
«Pero al tercer día encontré el anillo. Quedé completamente atónito. Había buscado en un área de 5.000 metros cuadrados. Era una chance de 1 en 100.000 y sin dudas mi mejor hallazgo. Fue suerte. Hubo técnica incluida, pero tuve suerte» aseguró MacPhee. Una vez que tuvo la alianza en sus manos, se la llevó directamente a su dueña.
MacSween explicó que el vecino se presentó en su casa y dijo «Tengo algo para mostrarte», y era el anillo. «No lo podía creer, pero allí estaba. Creí que nunca volverá a verlo«.