Se trata de una nueva estrella que brilla en las alturas de Barcelona: con 12 puntas y un peso de 5,5 toneladas, es el remate de la Torre de la Virgen. El pasado miércoles 8 de diciembre fue inaugurada en la basílica de la Sagrada Familia, en conmemoración al Día de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.
A 138 metros de altura, la estrella que corona la torre de María se ha encendido por primera para iluminar a partir de ahora el skyline de Barcelona. Ni el frío ni el intenso viento impidieron que cientos de personas siguieran desde la calle la iluminación y la homilía previa al encendido.
La icónica basílica de la Sagrada Familia en Barcelona tiene una nueva estrella en la segunda torre más alta de la estructura que lleva casi 140 años en construcción y cuya fecha oficial de finalización aún no se define. Según ha indicado la fundación de la Sagrada Familia, la misma comprende «Una estrella luminosa cambia el perfil de Barcelona y se levanta para llevar luz y esperanza a la ciudad y al mundo».
Construida con vidrio texturizado con una estructura de acero inoxidable en las aristas, la estrella tiene un diámetro de 7,5 metros, pesa 5,5 toneladas y ha supuesto una inversión de 1,5 millones de euros. Ahora, con sus 138 metros de altura la torre de María es la más alta de la Sagrada Familia y sólo quedará superada por la torre de Jesucristo que, una vez finalizada alcanzará los 172 metros de altura.
Durante dicha eventualidad, el arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, han remarcado que «sin pretenderlo, el templo de la Sagrada Familia es el emblema de Barcelona» y uno de los templos más «hermosos e impresionantes de todo el planeta». El acto religioso ha incluido una mensaje del papa Francisco, que ha pedido que la estrella de la torre de María favorezca gestos cotidianos de amor, fraternidad y atención con los más desfavorecidos.