Inspirado en el famoso snack azteca en base a grillos tostados, Rodrigo Llauradó, un joven argentino de 27 años, ha lanzado recientemente «Chepulines», la primera línea de snacks y sales saborizadas en base a grillos. Su pasión por las comidas exóticas nació durante sus estudios de gastronomía en una universidad privada: conocer la alimentación en otros países y los aportes nutricionales que ciertos insectos pueden generar modificó un 100% sus prejuicios sobre ellos.
La marca cuenta con dos líneas de productos: sal de grillos saborizada con especias (en tres variedades: México, Tailandia y Congo), y bocaditos de grillo tostados. La comercialización se realiza online y a través de redes sociales: «La idea es tener distribuidores. Me contactaron de algunos restaurantes para ofrecerlo como plato gourmet«, explica.
Entre los objetivos a largo plazo de Rodrigo se encuentran elaborar harina de grillo, considerando que esta «es muy proteica«. Por otra parte, también está investigando otras opciones gastronómicas en base a larvas, escarabajos, saltamontes y hormigas. Además, piensa elaborar más subproductos, como una «barrita proteica en base a insectos«.
¿Cómo empezó a interesarse por la ento-alimentación?
Según ha relatado en diálogo con medios, Rodrigo se ha interiorizado mucho en el tema a partir de consumir algunos documentos sobre ento-alimentación, es decir alimentación en base a insectos, en países de Oriente y de América Latina. El momento bisagra parece haber llegado cuando accedió a un informe de la FAO (Organización Mundial para la Alimentación) en el que se promueve la alimentación en base a insectos considerando a estos como una fuente nutricional accesible y amigable con el ambiente (la cría de insectos no genera altas emisiones de gases de efecto invernadero).
Por ese entonces, su hermano viajaba a México y la inquietud de Rodrigo fue tal que le pidió que trajera «chapulines» para probarlos. Estos comprenden un típico y emblemático snack en base a grillos tostados. El consumo de los mismos en tierra azteca es muy alto, y luego de probarlos fantaseó con la posibilidad de hacerlos en Argentina y empezar a fusionarlos en algunas recetas.
Inspirado en el coraje que ha demostrado el famoso conductor Marley, uno de los primeros en fomentar el consumo de insectos en sus programas, Rodrigo anduvo de viaje por destinos como México, Tailandia y Laos, y aprovechó la ocasión para probar todo tipo de insectos. Al regreso de aquella experiencia ya tenía claro que no estaba interesado en retomar sus actividades como empleado en relación de dependencia. Por lo que comenzó creando su propio negocio.
En el año 2018 se anotó en un concurso de emprendedores organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Aunque no supiera «armar una propuesta de valor ni un plan de negocios», Rodrigo pudo llegar a la final. Preparó un plato gourmet: empanadas de grillo, adornadas con estos insectos, cual si fueran aceitunas. Con esa propuesta, logró impresionar al jurado. Si bien no ganó el concurso, se llevó un montón de herramientas y contactos.