Casi dos años después de que Nueva Zelanda sellara sus fronteras, el gobierno estableció hoy un plan de cinco pasos que permitirá que el país del Pacífico Sur se vuelva a abrir al mundo durante los próximos 10 meses.
La reapertura comenzará el 27 de febrero, justo antes de la medianoche, cuando los neozelandeses completamente vacunados que viven en Australia puedan regresar a casa. El 13 de marzo, ese plan se expandirá a los neozelandeses que viven en cualquier parte del mundo, así como a los trabajadores internacionales calificados y aquellos elegibles para la visa de vacaciones con trabajo.
En Julio (fecha exacta por confirmar), las personas de unas 60 naciones exentas de visa, incluidos Australia, el Reino Unido, los Estados Unidos, Irlanda, Canadá, Japón y más, pueden viajar a Nueva Zelanda.
Luego, en Octubre, las fronteras de Nueva Zelanda se reabrirán por completo a los visitantes de cualquier parte del mundo y se reanudará el procesamiento normal de visas.
Nueva Zelanda había planeado abrir sus fronteras en abril, pero la aparición de la variante Omicron en diciembre cambió esos planes.
«Con la llegada de Omicron, impulsamos ese cambio en la configuración de las fronteras, para darnos la oportunidad de implementar refuerzos, una oportunidad que la mayoría de los otros países nunca tuvieron», dijo hoy la primera ministra Jacinda Ardern.
Cuando Nueva Zelanda abra sus fronteras, será uno de los países más vacunados del mundo
“Con el 94 % de nuestra población completamente vacunada y el 92 % de los mayores de 18 años ahora elegibles para un refuerzo a fines de febrero, es hora de cambiar de marcha en nuestra respuesta al COVID-19 para enfocarnos en la reconexión y la recuperación”, respuesta al COVID-19 dijo el ministro, Chris Hipkins.
Reglas de entrada a Nueva Zelanda
Las llegadas vacunadas deberán autoaislarse en casa o en su alojamiento durante siete días a su llegada. Se les darán tres pruebas rápidas de antígenos en el aeropuerto para llevar a casa. Uno para usar el día uno de su llegada, uno para usar el día cinco o seis, con uno adicional, la tercera prueba, como respaldo.
«Eso nos da la mejor oportunidad de identificar casos que han cruzado la frontera», explicó Ardern.
Las llegadas que devuelvan un resultado positivo deberán realizar una prueba de PCR en una estación de prueba comunitaria.
En las próximas semanas, el gobierno describirá cómo las personas que llegan pueden presentar un comprobante de vacunación y si se requiere un refuerzo para cruzar la frontera. Aquellos que no estén completamente vacunados deberán someterse a una cuarentena obligatoria en un centro administrado por el gobierno.
Nueva Zelanda cerró sus puertas en marzo de 2020 y puso a los ciudadanos que regresaban en cuarentena obligatoria. Además de algunas de las medidas fronterizas de COVID-19 más estrictas del mundo, el gobierno implementó cierres rápidos y un programa generalizado de pruebas y rastreo de contactos. Nueva Zelanda también aprovechó su geografía remota para adoptar un enfoque de cero COVID que evolucionó a medida que la pandemia cambió de marcha.
Los viajes regresaron con cautela en forma de una burbuja de viajes con Australia que finalmente cerró el verano pasado debido a brotes allí.
Ahora Nueva Zelanda está entrando en una nueva fase de su respuesta al COVID con negocios abiertos y campañas de refuerzo ganando terreno. «COVID como enfermedad no nos ha tocado a muchos de nosotros hasta la fecha. Pero con la transmisibilidad de Omicron, sabemos que experimentaremos el virus de manera más directa. Pero la diferencia aquí es que ahora tenemos todas las herramientas posibles para prepararnos», dijo Ardern. .
“Estamos vacunados, cada vez más potenciados y seguimos preparándonos en casa y trabajando con un plan.
«Y ahora es el momento de avanzar juntos, de manera segura».
