En un acto ritual típico de la tradición maya, se llevó a cabo una especial ceremonia para que las obras del Tren Maya puedan continuar en el Tramo 5 Sur: la iniciativa tuvo lugar para pedir permiso a los dioses y dueños de la tierra y contó con la participación de muchos de los trabajadores que se encuentran involucrados en la obra.
“Les pedimos permiso para que puedan seguir trabajando y no se molesten por el ruido, los dioses que cuidan las almas nos cuidan en la noche y cada cosa en la tierra tiene su dueño, como la selva y a ellos les pedimos permiso para que se siga haciendo la obra del Tren Maya”, puntualizó Don Toribio en su lengua materna. Este señor, del poblado de Yaxché, ofició la ceremonia para garantizar que los antiguos dioses o dueños de la tierra no se «molesten» con el ruido de las obras.
De esta manera, mediante ofrendas tradicionales, se garantizó un adecuado permiso a los dueños de la tierra y a los dioses del cielo para poder continuar la obra de construcción del Tren Maya en el Tramo 5 Sur: se trata de un tramo cercano a la carretera a Coba, en el que se empezaron a registrar incidentes extraños que pudieran representar cierta molestia o incomodidad con lo sucedido a partir de la presencia de esta obra de infraestructura.
La ceremonia para solicitar permiso a los antiguos dioses o dueños de la tierra fue organizada por el Ing. Jorge Portilla Mánica, una vez que los responsables de la obra del Tren Maya y de la construcción de la estación Tulum le informaron que estaban ocurriendo cosas extrañas. El responsable de la propuesta explicó que las ofrendas y los dos alares se pusieron para que los cuatro dioses que bajaron a la tierra para cuidar las almas de los humanos y los antiguos dioses o dueños de la tierra permitan continuar la obra.
Según han precisado, la maquinaria y equipo fallaban de manera inexplicable, siendo el último suceso la caída de dos cámara de video en foso que excavaba una perforada y que permitía ver las condiciones del subsuelo.