El Salvador ha abierto una de las prisiones más grandes del mundo mientras busca tomar medidas enérgicas contra los delitos violentos en el país.
El ‘Centro de Confinamiento del Terrorismo’ en la zona de Tecoluca se ha construido en apenas siete meses y busca aliviar la presión sobre algunas de las otras cárceles del país centroamericano, que se encuentran gravemente sobrepobladas.
El enorme complejo penitenciario albergará hasta 40.000 reclusos, y es posible que sea necesario, ya que los arrestos se están disparando en el país gracias a la represión del gobierno.
El presidente del país, Nayib Bukele, ha calificado este nuevo penal como “una pieza fundamental para ganarle por completo la guerra a las pandillas”.
El Salvador declaró el estado de emergencia en marzo de 2022 como resultado del problema de la violencia de las pandillas, y desde entonces han sido arrestados 62,000 presuntos pandilleros y colaboradores.
El presidente compartió un video en línea después de que lo llevaron a recorrer la nueva prisión, destacando varias características clave de la cárcel, incluidos los siete «anillos» de seguridad que evitarán que los reclusos escapen.
Eso incluye celdas de acero sólido, un gran muro perimetral, 19 torres de vigilancia, cercas eléctricas y zonas de patrulla.
Aparentemente, la prisión también es «imposible de escapar».
Bukele dijo que en prisiones anteriores, los reclusos han podido acceder a «prostitutas, computadoras, pantallas de televisión, PlayStation y teléfonos móviles», y describió esto como «al revés».
Y parece que las cosas van a ser completamente diferentes en la nueva prisión, ya que cualquiera que cause problemas en las nuevas instalaciones será encerrado en confinamiento solitario donde «no verá la luz del día», según su presidente.
Tuiteó: “El Salvador ha logrado pasar de ser el país más inseguro del mundo al país más seguro de América”.
El Salvador se ha ganado la reputación de ser la capital mundial del asesinato en los últimos tiempos, y la violencia de las pandillas juega un papel muy importante en eso.
Actualmente, el país tiene la tasa más alta de encarcelamiento en prisión del mundo, con casi el dos por ciento de la población total tras las rejas.
La represión de los delitos violentos también ha provocado la suspensión temporal de ciertos derechos constitucionales, lo que significa que los oficiales actualmente pueden realizar arrestos sin órdenes judiciales y el gobierno puede acceder a las comunicaciones de los ciudadanos.
Por el momento, una persona puede ser detenida durante 15 días sin cargos, que se extendió de tres días.
El director de prisiones salvadoreñas, Osiris Luna, también dijo a la televisión estatal que los presos serán «sometidos a un régimen severo» y custodiados en el complejo por unos 600 efectivos y 250 guardias.