El aterrizaje de un avión es un momento sumamente importante en el proceso de un vuelo. Si bien muchos podríamos pensar que al estar cerca de la tierra ya hemos pasado la zona de peligro, lo cierto es que igual se requiere de maniobras seguras para garantizar que todo salga como lo previsto y no ocurran incidentes que alteren el desenlace del vuelo. Un video difundido en las últimas horas muestra una escena para el infarto: las increíbles maniobras de un piloto en el aterrizaje de un avión que han de marcar un antes y un después en la historia de la aviación.
¿Por qué tan trascendental resulta esta experiencia? Porque ocurre nada más y nada menos que en la pista más pequeña del mundo: un helipuerto. El piloto Luke Czepiela aterriza un avión en el mundialmente famoso helipuerto en la parte superior del Burj Al Arab Jumeirah, el icónico hotel de siete estrellas en Dubái. Un sitio no apto para errores: para aterrizar en el helipuerto, de 27 m de diámetro, completó más de 650 aterrizajes de práctica antes del intento en la parte superior del hotel de 56 pisos. Tal como se deja ver en las imágenes, necesitaba apenas 20,76 metros para detenerse.
Afortunadamente, el piloto de acrobacias polaco ha aterrizado su avión de manera correcta, aunque luego de algunos intentos fallidos en los que los nervios y la magnitud del escenario a su alrededor podrían haber intervenido más de lo previsto.
En lugar de emplear una pista tradicional, ha conseguido frenar una aeronave Carbon Cub, basada en el mítico avión PiperJ-3 Cub, antes de caer por el otro extremo. Se trata de una aeronave que cuenta con la certificación STOL (Short Take Off and Landing) que le confiere la propiedad de aterrizar en distancias muy cortas.
Para hacer posible la hazaña, él y un equipo de ingenieros de CubCrafters junto con el renombrado ingeniero de aviación y constructor de aeronaves estadounidense Mike Patey realizaron una serie de modificaciones en la aeronave, reduciendo el peso total a solo 425 kilogramos, moviendo el tanque de combustible principal a la parte trasera de el avión para permitir un frenado más agresivo y agregar nitroso para mejorar la potencia para el desafío secundario de Czepiela: despegar del helipuerto.
«Este proyecto, de dos años de planificación y ejecución, realmente supera los límites de lo que puede lograr un avión STOL de primera clase y un piloto extremadamente capaz y dedicado«, ha declarado al respecto Brad Damm, vicepresidente de CubCrafters.