Un equipo de arqueólogos turcos ha encontrado lo que, a estas alturas, parecía ya imposible de encontrar: un enorme coliseo romano de grandes proporciones ubicado en Aydin, concretamente en la zonas aledañas del pueblos de Mastaura.
Este hallazgo es uno de los grandes descubrimientos de la zona, en la que posiblemente hace años se producían combates con leones, batallas cuerpo a cuerpo entre gladiadores y todo tipo de espectáculos en los que el pueblo y la realeza se unían en un mismo recinto.
Esta arena, como estiman los investigadores, pudo haber albergado en su momento a cerca de 20.000 espectadores. O lo que es lo mismo: más espectadores que los que pueden ir a ver un concierto en el Wizink Center de Madrid.
Los vientos de miles de año tienen sus consecuencias. En este caso han producido que este coliseo quedara completamente sepultado bajo kilos y kilos de arena durante más de 1.000 años. La erosión, en este caso, también ha tenido un papel en su destrucción, aunque gran parte de este complejo sigue dejando a la vista su forma prácticamente ovalada.
Los expertos aseguran que, por la datación estimada por parte de los arqueólogos, este coliseo romano podría haber sido el lugar donde se orquestaron algunos de los espectáculos más sanguinarios jamás vistos en la región por parte de los romanos.
Según han explicado los arqueólogos turcos esta arena data del año 200 d.C. que, según la historia, es un periodo de amplio crecimiento económico en esta región concreta de lo que se conocía como Imperio Romano.
Así se puede ver en su arquitectura que, a pesar de mantiene algunas de las primeras filas derrumbadas, su estructura todavía conserva todo el esplendor del que pudo hacer gala en su momento.
Si lo comparamos con el famoso Coliseo de Roma, que tenía capacidad para albergar a 50.000 espectadores, este es bastante más modesto con una capacidad de 30.000 espectadores menos. Eso sí… las dimensiones no dejan de sorprender pues tiene una altura de 25 metros y aún se pueden ver las salas especializadas para gladiadores.
En su momento, para los expertos, este lugar se llenaba de gente que venía a la ciudad de Mastaura para ver los grandes eventos en este edificio, que estaba específicamente diseñado para albergar en su interior espectáculos sangrientos. Y es que a pesar de que lo que sucedía en su interior no es plato de buen gusto en la actualidad, si que hay que reconocer que es un hallazgo que nos habla de una zona en la que los romanos tuvieron más importancia de la que se creía.
Los arqueólogos, por su parte, explican que las piedras de mampostería se están cayendo de esta antigua estructura, por lo que los investigadores están trabajando para desarrollar un completo modelo 3D de este lugar para poder proseguir con sus estudios en un futuro.