Una severa tormenta de arena terminó afectando a Beijing y varias provincias del norte de China, llegando a cubrir la región con espesas nubes de polvo naranja y elevando la contaminación del aire a niveles peligrosos, dijeron este miércoles las autoridades meteorológicas estatales.
Densas nubes envolvieron la capital china donde el índice de calidad del aire de PM10 -partículas de contaminación que tienen menos de 10 micrómetros de diámetro y pueden entrar por la nariz y viajar a los pulmones- superó las tablas de monitoreo, según el Centro de Monitoreo del Medio Ambiente Ecológico de Beijing.
Las autoridades meteorológicas de Beijing advirtieron a las personas que no salgan al aire libre para hacer ejercicio y otras actividades, y pidieron a los conductores que se mantengan atentos y reduzcan la velocidad debido a la poca visibilidad.
Las concentraciones de partículas PM10 alcanzaron los 1.667 microgramos por metro cúbico a las 6 am. hora local, según el centro de monitoreo de Beijing este miércoles, y la agencia la calificó como “la tormenta de arena más severa hasta la fecha este año”.
Esa cifra es más de 37 veces la pauta promedio diaria de 45 microgramos por metro cúbico establecida por la Organización Mundial de la Salud.
Beijing es golpeada regularmente por tormentas de arena en la primavera y el smog empeora por el aumento de las actividades industriales y la rápida deforestación en todo el norte de China.
Casi una docena de provincias emitieron señales de advertencia amarillas desde el miércoles hasta la madrugada del jueves, incluidas Shaanxi, Shanxi, Hebei, Heilongjiang, Jilin, Liaoning, Shandong, Henan, Jiangsu, Anhui y Hubei, según la Administración Meteorológica de China.
China utiliza un sistema de alerta meteorológica de cuatro niveles, en el que el rojo representa la advertencia más grave, seguido del naranja, el amarillo y el azul.
La tormenta de arena actual se originó en Mongolia el martes y se movió gradualmente hacia el centro y el este de China, según los meteorólogos chinos. La falta de lluvia y los vientos de baja presión también significaron que las partículas de arena también entraron al país.