El canal de Panamá, el canal de Suez y otras grandes obras de ingeniería mundial se han convertido en atracciones que trascienden su función original.
Un ejemplo fascinante pero menos conocido es el canal de Corinto, posiblemente la construcción de este tipo más asombrosa y espectacular en el planeta. Ha perdido prácticamente su esencia como vía para el transporte marítimo de mercancías en favor de su valor turístico.
Aunque el canal de Corinto fue excavado en la roca del istmo del mismo nombre en el último cuarto del siglo XIX, su concepción y planificación se remontan a mucho tiempo atrás en la historia.
En efecto, el canal de Corinto es una vía artificial que en la actualidad une el golfo Sarónico o de Egina con el golfo de Corinto, conocido antiguamente como el famoso golfo de Lepanto, escenario de la mayor batalla naval de los últimos siglos. Este canal separa la península de Peloponeso del continente y ha sido una gran aspiración desde la Antigua Grecia.
Desde el siglo VII a.C., se iniciaron las primeras tentativas para abordar esta obra titánica, un calificativo que rinde tributo a la mitología griega. Sin embargo, las primeras intentonas no tuvieron éxito y se optó por soluciones alternativas como el «Diolkos«, una calzada empedrada con raíles utilizada para transportar las barcazas. A lo largo de la historia, se han presentado numerosas ocasiones en las que se ha intentado llevar a la práctica esta idea para evitar un rodeo de cientos de kilómetros navegando.
Tanto los griegos, los macedonios como los romanos se encontraron con desafíos técnicos insalvables para su época, así como costos desorbitados que impidieron que la obra del canal de Corinto viera la luz.
No fue hasta finales del siglo XIX, después de la apertura exitosa del canal de Suez, cuando finalmente se inició la construcción del canal de Corinto. Una década más tarde, en 1893, se logró completar la obra tras retirar casi un millón de metros cúbicos de roca.
Sin embargo, la inauguración del canal de Corinto no estuvo exenta de problemas. Pronto comenzaron a surgir dificultades, como los continuos deslizamientos de tierra, que han persistido hasta la actualidad, obligando a realizar reparaciones periódicas, algunas de las cuales se llevaron a cabo a partir de 2021. Además, diversos factores que afectan a la navegación, junto con las limitadas dimensiones del canal -con poco más de seis kilómetros de longitud, una anchura que oscila entre los 21 y 24 metros y una profundidad de tan solo ocho metros- han reducido el interés de las embarcaciones mercantes por atravesarlo, a pesar del evidente ahorro de tiempo y gasto de combustible que supondría su utilización.
Indudablemente, el canal de Corinto se destaca como una de las obras hidráulicas más sorprendentes en el planeta. Sus impresionantes laderas, que alcanzan una altura media de cuarenta metros en su punto más elevado, y las paredes de roca caliza con una inclinación de 80 grados, crean un efecto visual fascinante al entrar en el canal, dando la ilusión de que el curso de agua desaparece ante nuestros ojos. Atravesarlo es una experiencia que definitivamente vale la pena, al menos una vez en la vida.
Lo más impresionante es que el canal fue excavado al nivel del mar, sin necesidad de utilizar esclusas, y está cruzado de lado a lado por varios puentes que permiten el paso de vehículos y trenes. También cuenta con una pasarela ubicada justo en el centro, ofreciendo a los peatones la oportunidad de disfrutar de la magnificencia de esta obra y el espectáculo del paso de las embarcaciones, lo cual se convierte en toda una odisea debido a lo estrecho y encajonado del trayecto.
Recientemente, el buque Braemar, de la naviera Fred Olsen, se ha convertido en una leyenda al ser la embarcación más grande en atravesar el canal de Corinto. Su escaso margen de maniobra, inferior al metro, hizo que esta operación fuera un acontecimiento en sí misma.
Siguiendo sus pasos, miles de barcos de diferentes tamaños, la mayoría de ellos de naturaleza turística, atraviesan esta vía artificial cada año. Muchos de ellos tienen como único objetivo abordar esta espectacular obra de ingeniería y brindar a sus pasajeros una experiencia única e inolvidable.