El pasado 8 de agosto, la isla hawaiana de Maui se convirtió en pasto de las llamas debido a un virulento incendio forestal que, hasta la fecha, se ha cobrado la vida de 106 personas, según los datos aportados por el gobernador de Hawái, Josh Green. Sin embargo, esta cifra podría duplicarse ya que aún hay centenares de personas desaparecidas.
Este incendio, el más mortífero en Estados Unidos en los últimos cien años, provocó verdaderas situaciones de angustia, como la grabada por Noah Tomkinson, de 19 años, que, junto a su madre y su hermano Milo (13 años), escaparon de una muerte asegurada saltando al Océano Pacífico en Lahaina, antigua capital de Hawái y la ciudad donde residían que se ha visto seriamente afectada por el fuego.
La familia Tomkinson huyó en coche cuando vio que las llamas se acercaban demasiado a su casa, pero quedó atrapada en un atasco mientras numerosos residentes intentaban escapar. Su instinto de supervivencia les hizo saltar al agua y allí permanecieron durante ocho horas, mientras contemplaban como el incendio devoraba todo a su paso.
Y así lo grabó Noah con su teléfono móvil y lo compartió en su cuenta de Instagram. Con la boca y la nariz tapada para no inhalar el humo del incendio, convertido en una niebla tóxica avivada por un fuerte viento huracanado, el joven grabó la desgarradora situación que vivieron durante horas dentro del agua y rodeados de llamas por todas partes. En el vídeo se puede escuchar a Noah confesar que la situación es “aterradora”.
“Sentí que era mi trabajo mantener a todos tranquilos, porque mi madre en ese momento no estaba bien, su respiración me preocupaba mucho, sus ojos no estaban bien”, contó Noah en la conocida cadena norteamericana CBS. “Se quedó en shock, tenía frío y no podía respirar”, agregó. Por último, cuando las llamas empezaron a apagarse y la noche ya había caído, tomaron la decisión de regresar a la costa y buscar refugio en un automóvil que no había sido consumido por el incendio.
Manteniendo sus bocas y narices cubiertas para evitar respirar el humo del incendio, Noah y su familia permanecieron durante 8 horas en las aguas del Océano Pacífico: “Una parte de mí pensó que no íbamos a salir del auto, porque el humo estaba por todas partes”.
Afortunadamente, notaron luces intermitentes a lo lejos y poco después, tres bomberos llegaron para rescatarlos y llevarlos a un lugar seguro, ya que el humo había invadido completamente el área. “Estaba aliviado por estar vivo”, dijo Noah, “pero me sentí culpable: ‘¿Qué pasa con todas las personas que no lo lograron? ¿Qué pasa con todas las personas que no están en sus coches de huida? ¿Están a salvo en este momento?’”.