Un grupo de científicos británicos, estadounidenses y ecuatorianos ha hecho un emocionante descubrimiento en las profundidades de la reserva marina de las Islas Galápagos. Se trata de un inmenso y antiguo arrecife de coral en estado prístino que podría ayudar a arrojar luz sobre los entornos oceánicos del pasado y mejorar nuestra comprensión de la crisis climática actual.
Este arrecife se encuentra a una profundidad de entre 400 y 600 metros, en la cima de un monte submarino previamente no cartografiado. La reserva se extiende a lo largo de varios kilómetros entre las islas Santa Fe y San Cristóbal, en el corazón del archipiélago Galápagos.
Según el oceanógrafo Stuart Banks, los corales que componen este arrecife probablemente tienen miles de años de crecimiento. Este hallazgo se produjo durante la expedición Galápagos Deep 2023, dirigida por científicos de instituciones como el Instituto Oceanográfico Woods Hole y las universidades de Boise, Essex y Bristol, junto con la colaboración de diversas organizaciones ecuatorianas y financiación de entidades estadounidenses y británicas.
El arrecife se ha apodado el «cacho de coral» debido a su forma similar a una media luna. Hasta ahora, se ha documentado que este lugar alberga ricas y diversas comunidades marinas, algunas potencialmente únicas.
Este descubrimiento es particularmente significativo, ya que más del 97% de los arrecifes estructurales de corales en Galápagos se perdieron después de los fenómenos de El Niño en 1981-1982 y 1997-1998. El «cacho» es un registro excepcional de un arrecife de coral de aguas profundas que ha sobrevivido en estado prístino durante miles de años, en contraste con muchas otras áreas marinas que han sido alteradas por la pesca industrial.
Aunque los científicos han explorado solo una pequeña parte de este arrecife, creen que es mucho más extenso y alberga una alta biodiversidad viva. Además, los corales fósiles encontrados servirán como ventanas al pasado, permitiendo estudiar las condiciones marinas de hace cientos de miles de años y compararlas con el cambio climático actual.
Este descubrimiento es un paso importante en la comprensión de los océanos y el cambio climático, y abre la puerta a futuras investigaciones en esta zona hasta ahora casi inexplorada. La biodiversidad única de Galápagos continúa asombrando a científicos y amantes de la naturaleza en todo el mundo.