Tendría que estar ahí, a 100 kilómetros del noroeste de la península de Yucatán. Ahí la sitúa Google Maps: a 22 grados, 33 minutos latitud norte y 91 grados, 22 minutos longitud oeste. Pero allí no hay nada. La isla Bermeja es una isla fantasma que ha inspirado varias teorías, desde su inexistencia hasta su supuesta destrucción a manos de la CIA.
En los años 90, la isla Bermeja se convirtió en el centro de una disputa entre México y los Estados Unidos en torno a la delimitación de la plataforma continental. México, respaldado por la supuesta existencia de la isla, tenía grandes expectativas en términos de recursos naturales. Sin embargo, tras una expedición infructuosa en 1997, la isla se convirtió en un enigma que sigue sin resolverse.
Según los registros históricos, la isla, presente en mapas desde el siglo XVI, ha desaparecido misteriosamente, dejando un vacío que ha generado numerosas especulaciones. Desde teorías geológicas que sugieren un deslizamiento submarino hasta teorías conspirativas que apuntan a la intervención de la CIA utilizando bombas de hidrógeno, la desaparición de la isla Bermeja sigue siendo un enigma que despierta fascinación en la comunidad científica y en entusiastas de los misterios sin resolver.
Incluso con el avance de la tecnología y la cartografía digital, la isla Bermeja, que una vez fue objeto de tratados y acuerdos internacionales, ahora existe solo como un punto en las coordenadas digitales de Google Maps, un recordatorio constante de un misterio sin resolver en el océano.
La persistencia de su presencia en los mapas y su ausencia física continúan desafiando la comprensión humana y alimentando la especulación sobre su destino final. El enigma de la isla Bermeja se ha convertido en una leyenda moderna que ilustra la intrincada relación entre la geografía, la política y los misterios inexplicables que todavía acechan en las profundidades del océano.