Ciudad del Cabo (Sudáfrica) está sufriendo la peor sequía en más de un siglo, y afectará no solo a los locales, sino también a todos los que la visiten.
En los últimos dos inviernos, las lluvias han disminuido notablemente, lo que ha generado una gran crisis. Los niveles de agua en las represas son muy bajos, y por esta razón entró en vigencia una restricción, en la que se estipula que cada persona puede usar nada más 87 litros de agua (para darse una idea, en Estados Unidos se calcula que las personas por día gastan entre 80 y 100 litros de agua).
Si todo sigue como hasta ahora se cree que el agua dejará de salir por los grifos el 28 de abril de 2018, lo llaman «Día Cero». Por esta razón, todos los hoteles y restaurantes se encargan de mantener informados a los visitantes para que controlen su consumo de agua.
Algunos hoteles han reducido su consumo al ajustar los limitadores de agua a todos los inodoros, cabezales de ducha y grifos (lo que ahorra un 20% adicional), retirar los tapones de las bañeras y colocar desinfectante de manos en los baños.
Dado que el turismo es una gran fuente de ingresos para Ciudad del Cabo (y muchos lugareños dependen de él para obtener empleos), la ciudad no quiere disuadir a los visitantes. Sin embargo, también quiere ser realista en su enfoque.
«Esperamos que los turistas lleguen como siempre, solo que este año, nuestra misión ha sido garantizar que todos los visitantes, internacionales y nacionales, sean conscientes de que tenemos escasez de agua», dijo Enver Duminy.
Una de las medidas a corto plazo que han puesto en práctica es dar a conocer una serie de canciones de dos minutos, que duran lo que debería durar un baño. También se les pide a los visitantes que vuelvan a usar las toallas y cierren los grifos mientras se cepillan los dientes. Además se aconseja beber agua embotellada, usar desinfectante de manos siempre que sea posible y tener cuidado con los inodoros.
