En un escenario donde el trajín de barcos y el ruido de las motos de agua suelen marcar el compás diario, la mañana en el puerto de Zumaia se tiñó de sorpresa y encanto. Una foca, distinta a las habituales embarcaciones acuáticas, se convirtió en el foco de atención al descansar plácidamente sobre un aparcamotos de agua, entreteniendo y cautivando a los transeúntes por igual.
El relajado espectáculo natural causó asombro y alegría entre los presentes. La escena no solo destacó por la inusual presencia del mamífero marino, sino también por su creciente frecuencia cerca de nuestras costas. Estos encuentros se han vuelto más comunes después de períodos de tormentas en el mar, cuando estos animales pueden desorientarse o buscar un merecido descanso antes de retomar sus rutinas en su hábitat natural.
La foca, en su momento de descanso, se convirtió en la protagonista inesperada del día. Tras compartir una parte de la jornada entre las motos de agua y los curiosos, decidió despedirse del puerto para retornar a las aguas del Cantábrico.
Este episodio, que capturó la atención y los corazones de los habitantes locales, nos recuerda la riqueza y la belleza de la vida silvestre que coexiste en este entorno costero. Una llamada a la reflexión sobre la importancia de cuidar y preservar la diversidad de especies que comparten este espacio con nosotros.
