Ámsterdam ha revelado planes para un nuevo «centro erótico», que supondrá el fin de las trabajadoras sexuales en el barrio rojo.
La capital de los Países Bajos tiene fama de ser la «ciudad del pecado», donde los turistas pueden hacer legalmente muchas cosas que están prohibidas en varios países del mundo, como fumar marihuana.
Una de las mayores atracciones de la ciudad para los turistas es el barrio rojo, donde las trabajadoras sexuales se paran en ventanas con luces rojas a su alrededor, esperando a su próximo cliente.
La alcaldesa Femke Halsema quiere desarraigar la atracción del centro de la ciudad y ha presentado planes para un nuevo «centro erótico» ubicado en las afueras de la muy querida ciudad.
El ejecutivo de la ciudad ha dicho que Europa Boulevard en el distrito sur es un «lugar más adecuado» para las trabajadoras sexuales y sus clientes.
En un comunicado, añadió: «Esta elección se presentará al ayuntamiento a principios del próximo año».
¿Pero cómo sería el llamado “centro erótico”?
Bueno, el plan afirma que el centro tendría 100 habitaciones para trabajadoras sexuales, además de teatros, restaurantes y clubes sexuales.
La administración de la ciudad añadió: “Las ventanas del centro erótico solo estarán ubicadas dentro del edificio [a diferencia del barrio rojo]».
«De esta manera queremos combatir el turismo turístico y mantener alejados a los grupos perturbadores».
Pero parece que a los lugareños no les gusta mucho que su área vea una afluencia de trabajadoras sexuales y los llamados grupos «disruptivos» que las siguen.
En lugar de trasladar la atracción fuera de la ciudad, algunas personas simplemente piden un mejor control de multitudes y vigilancia policial en De Wallen, que es el nombre geográfico del barrio rojo.
Ámsterdam ha tenido la misión de cambiar su percepción con los países europeos vecinos y lanzó una campaña de «manténgase alejado», desalentando las despedidas de soltero y los grandes grupos de turistas borrachos, especialmente dirigida a hombres británicos de entre 18 y 35 años.
Mover el barrio rojo sería otro esfuerzo para transformar su imagen.
Si los planes se concretan a principios del próximo año, el centro tardará como mínimo unos siete años en construirse y abrirse.