En una situación inusual que dejó atónitos a los pasajeros, un vuelo procedente de Ámsterdam con destino a Detroit se vio obligado a dar la vuelta debido a una serie de circunstancias extraordinarias. La tranquilidad del viaje se vio abruptamente interrumpida cuando una lluvia de gusanos comenzó a caer sobre los ocupantes del avión en pleno vuelo.
El incidente, reportado por el medio The Guardian, se originó a raíz de un pasajero que llevaba un pescado en estado de descomposición en su equipaje de mano. Los gusanos, provenientes de este alimento en mal estado, se esparcieron por la cabina, causando consternación y malestar entre los viajeros.
Philip Schotte, uno de los pasajeros afectados, relató su experiencia, mencionando que presenció la caída de gusanos sobre una mujer a bordo. El desconcierto y la preocupación se apoderaron de los ocupantes mientras las azafatas rastreaban el origen del problema hasta encontrar el pescado podrido envuelto en papel de periódico en un compartimento superior del avión.
La aerolínea, American Airlines, emitió disculpas a los pasajeros afectados y retiró la aeronave de servicio para llevar a cabo una exhaustiva limpieza. Este incidente, aunque excepcional, sirve como recordatorio de los desafíos imprevistos que pueden surgir en el ámbito de los viajes aéreos, incluso en los momentos más inesperados.