Maria Branyas celebra un hito monumental: sus 117 años de vida. En su residencia en Santa Maria del Tura d’Olot, rodeada de su amada familia, esta notable mujer marca otro año en el calendario de la historia.
Nacida el 4 de marzo de 1907 en San Francisco, California, de padres catalanes, Branyas ha sido un testigo presencial de los altibajos del siglo XX y lo que va del XXI. A pesar de haber vivido la Primera Guerra Mundial y la Guerra Civil Española, su espíritu resiliente y su enfoque tranquilo la han llevado a través de tiempos difíciles.
Desde hace más de dos décadas, Maria Branyas ha llamado hogar a la residencia Santa Maria del Tura en Olot, donde hoy espera con ilusión la llegada de un pastel de cumpleaños de su familia y las manualidades de sus compañeros de centro, una tradición anual.
Su hija, Rosa Moret, comparte que en los últimos meses, la salud de Branyas ha experimentado un declive, aunque sin dolor ni enfermedades significativas. A sus 117 años, se encuentra a solo dos meses de convertirse en una de las diez personas más longevas de la historia, un logro que ella ve con modestia, considerando los récords como «tonterías».
Según el Grupo de Investigación Gerontológica (GRG), solo once personas han vivido más tiempo que Branyas en toda la historia, todas mujeres, y ninguna está viva en la actualidad. Sin embargo, Maria Branyas se convirtió en la persona más anciana en vida el 17 de enero de 2023, tras el fallecimiento de la francesa Lucile Randon, de 118 años.
A pesar de su título como la mujer más anciana del mundo, Branyas no busca reconocimiento ni méritos. Para ella, la vida sigue su curso natural, y su familia no esperaba que viviera tantos años. A medida que los años avanzan, su movilidad disminuye, pero su mente sigue lúcida, ofreciendo sabiduría y lecciones de resiliencia a quienes la rodean.
El 10 de mayo marcará otro hito en su vida, cuando avance hacia el top 10 de las personas más longevas registradas en la historia. Su historia es un recordatorio de la fortaleza del espíritu humano y la capacidad de adaptación ante los desafíos que la vida nos presenta.
En un mundo que cambia constantemente, Maria Branyas es un faro de estabilidad, recordándonos que, aunque el tiempo avance, el verdadero valor reside en la paz interior y el amor compartido con aquellos que nos rodean.