Después de cinco años desde el devastador incendio que consumió gran parte de la majestuosa catedral de Notre Dame en París, el mundo observa maravillado cómo renace de sus cenizas. Desde las profundidades de la tragedia, un esfuerzo monumental de restauración ha estado en marcha, liderado por un ejército de artesanos y expertos dedicados.
Con el presidente francés Emmanuel Macron supervisando de cerca, las obras avanzan a paso firme, con el objetivo de reabrir las puertas de Notre Dame al público el 8 de diciembre de 2024. Philippe Jost, de Rebuilding Notre Dame de Paris, comparte la visión de un hito clave: la eliminación de los andamios que envuelven la aguja y la culminación del techo, todo para la llegada de los Juegos Olímpicos en julio.
El proceso de reconstrucción es un ballet de talento y dedicación, con cerca de 250 empresas y talleres de arte en toda Francia comprometidos con la causa. Desde carpinteros hasta vidrieros, cada experto despliega su destreza para restaurar la gloria perdida de esta joya arquitectónica de 860 años.
Sin embargo, este renacimiento tiene un precio: se estima que la reconstrucción costará alrededor de 700 millones de euros, pero gracias a la generosidad de 340.000 donantes en 150 países, se han recaudado 846 millones de euros. Con más del 90% del edificio ya restaurado, Notre Dame emerge como un símbolo de esperanza y resiliencia.
El incendio que conmocionó a Francia ahora sirve como un recordatorio de la capacidad humana para superar la adversidad y restaurar la belleza perdida. Notre Dame, una vez envuelta en llamas, ahora se alza como un faro de renacimiento y fortaleza.