¿Alguna vez has notado que los acuarios nunca tienen tiburones blancos? Pues, hay una buena y triste razón detrás de esto.
A veces, necesitamos una salida al acuario local, si tenemos la suerte de tener uno cerca. Durante una visita a un acuario marino, es probable que veas de todo, desde delfines hasta medusas y enormes tortugas marinas. Sin embargo, un animal que definitivamente no encontrarás es el tiburón blanco.
Aunque son de tamaño similar – o incluso más pequeños – que algunas de las otras criaturas marinas en exhibición, hay una razón desgarradora por la cual nunca serán mantenidos en cautiverio: los tiburones blancos tienden a morir cuando se les mantiene en cautiverio.
El primer incidente registrado ocurrió en 1955 en Marineland of the Pacific, un antiguo oceanario y atracción turística en Los Ángeles. El tiburón no sobrevivió ni un solo día. A lo largo de las décadas, se han hecho varios intentos sin éxito: los tiburones blancos han sido liberados de nuevo en la naturaleza o han muerto en cuestión de días en cautiverio.
El récord más largo lo tiene el Monterey Bay Aquarium, conocido por ser el primero en cuidar y exhibir con éxito a un tiburón blanco durante más de 16 días. Sin embargo, incluso ese logro no estuvo exento de problemas, ya que un joven tiburón murió poco después de ser liberado en la naturaleza.
¿Cuál es el problema?
Primero están sus hábitos **aliment
icios**. Esta especie es carnívora y tiende a comer solo presas vivas, incluyendo atunes, rayas y otros tiburones, o alimentarse de los cadáveres de otros animales, como delfines, marsopas y ballenas. También les gusta alimentarse de focas, tortugas marinas, nutrias y aves. Satisfacer las necesidades dietéticas de estos tiburones es extremadamente difícil y costoso.
Además, está el problema de traumatizar a los visitantes soltando focas y delfines vivos en el frenesí alimenticio.
Los tiburones blancos también son nómadas y de gran tamaño, incapaces de detenerse repentinamente o nadar hacia atrás. Necesitan moverse hacia adelante para respirar, ya que grandes cantidades de agua pasan por sus bocas abiertas y salen por sus branquias. Considerando que pueden crecer hasta 6,1 metros de longitud, se necesitaría un tanque mucho más grande de lo habitual para albergarlos, lo que incrementa enormemente los costos.
Por último, los tiburones blancos sufren en cautiverio, hasta el punto de que muchos de los incidentes registrados muestran a los animales negándose a comer y muriendo de hambre. Según Shark Bookings, que ofrece experiencias de buceo con tiburones en Sudáfrica: «Los tiburones blancos mantenidos en tanques han sido conocidos por golpear sus narices contra las paredes de vidrio y perder el apetito. También se ha observado que se vuelven cada vez más agresivos en su estado de depresión«.
Con esto en mente, estamos contentos de dejar que el gran tiburón blanco continúe vagando libremente en el gran océano azul.