México pide ayuda para salvar a los ajolotes de la extinción por fuertes sequías

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Un grupo conservacionista lanza una campaña urgente para salvar a los ajolotes que están al borde de la extinción en Río Frío debido a la sequía extrema. ¡Quedan menos de 200 ejemplares!

En el pequeño pueblo de Río Frío de Juárez, ubicado en el estado de México, la sequía se ha convertido en una pesadilla. Los arroyos, que alguna vez fluyeron con vigor, se han transformado en meros charcos pantanosos, y la falta de lluvias desde hace más de un año ha agravado la situación.

Leonidas Otlica Reyes, miembro del Grupo de Conservación Río Frío, expresa su preocupación: «Ahorita contamos con una gran problemática por la falta de lluvias, no hay agua, la escasez es demasiado. No hay captación de agua». Desde 2016, este grupo se ha dedicado a la protección del medioambiente y ahora se enfrenta a su mayor desafío: salvar al ajolote de los volcanes.

El ajolote de los volcanes (Ambystoma leorae), un anfibio endémico y en peligro crítico de extinción, está sufriendo las consecuencias de esta sequía. Su hábitat, cercano a los volcanes Telapón y Tláloc en la Sierra Nevada, se está secando rápidamente. «Nunca habíamos sentido estos calores, ni habíamos visto esta sequía,» comenta Otlica Reyes con desánimo.

Estos ajolotes son vitales para el ecosistema local. Felipe Osuna López, investigador del Colegio de la Frontera Sur, explica: «Los ajolotes son el principal depredador de los arroyos y ayudan a mantener el equilibrio biológico. Son un bioindicador por excelencia; si ellos están bien, los cuerpos de agua están en buenas condiciones». Sin embargo, la falta de precipitación fluvial está poniendo en riesgo su supervivencia.

La situación es alarmante: menos de 200 ejemplares de ajolotes de los volcanes quedan en su hábitat natural. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) reporta que el 67.97% del territorio mexicano enfrenta sequía de moderada a excepcional, afectando gravemente a los ecosistemas y provocando un aumento del 60% en los incendios forestales.

Para combatir esta crisis, el Grupo de Conservación Río Frío ha lanzado una campaña de recaudación de fondos. «Por primera vez, en esta temporada de sequía dejó de correr agua en el arroyo de Tula y quedó estancada. Los ajolotes se aferraron a la sobrevivencia, y tuvimos que reubicarlos a zonas con mejores condiciones,» relata Osuna López.

El ajolote no solo es importante ecológicamente, sino también culturalmente. Desde la época prehispánica, los aztecas veneraban al ajolote como una manifestación de Xolotl, el dios gemelo asociado con la muerte y la transformación. Diana Vázquez Mendoza, investigadora del Laboratorio de Restauración Ecológica del Instituto de Biología de la UNAM, subraya: «Culturalmente, este anfibio forma parte de nuestra identidad. Su conservación es vital para mantener nuestro patrimonio natural y cultural.»

El género Ambystoma incluye 33 especies distribuidas por Norteamérica, con 17 especies en México. Cada especie es un testimonio de la biodiversidad única del país. Pero sin acciones inmediatas, el ajolote de los volcanes podría desaparecer para siempre.

La campaña de recaudación busca no solo salvar a estos fascinantes anfibios, sino también crear conciencia sobre la importancia de la conservación. Con el apoyo adecuado, los ajolotes de los volcanes podrían tener una oportunidad de sobrevivir y seguir siendo un símbolo de resistencia y adaptación en el desafiante entorno de la Sierra Nevada. ¡Es hora de actuar para salvar a estos guardianes de nuestros arroyos y ríos!

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