Después de 23 años de intensos esfuerzos, el lince ibérico (Lynx pardinus) ha logrado superar el peligro de extinción. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha rebajado el grado de amenaza del felino de «en peligro de extinción» a «vulnerable». Esta mejora se debe a que la población de linces ha aumentado de 94 individuos en 2001 a más de 2,000 en la actualidad, incluyendo 648 adultos.
El aumento de la población de conejos, la mejora del hábitat, la reducción de muertes causadas por el hombre, la cría en cautividad y la suelta de ejemplares han sido fundamentales para este éxito. Según el Ministerio para la Transición Ecológica, aunque la UICN ha reducido el grado de amenaza, el lince ibérico sigue siendo una prioridad en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, donde aún se le considera «en peligro de extinción».
Miguel Ángel Simón, quien dirigió los proyectos de conservación del lince durante dos décadas, señala que los inicios fueron difíciles debido a la falta de financiación, la necesidad de colaboración de propietarios de fincas privadas y la ausencia de experiencias similares en el mundo. Sin embargo, con la financiación europea a través de los programas Life y la creación de centros de cría en cautividad, el programa comenzó a dar frutos.
Astrid Vargas, quien dirigió el programa de cría en cautividad entre 2003 y 2010, recuerda que los principios fueron duros, pero necesarios para cambiar el sistema y aprender a criar a los linces en cautividad y prepararlos para vivir en la naturaleza. El primer éxito notable fue en 2005, cuando una hembra dio a luz a la primera camada nacida en cautividad.
Ramón Pérez de Ayala, de WWF, destaca que las primeras sueltas de linces se produjeron en 2011, y desde entonces se han liberado más de 400 ejemplares en España y Portugal, expandiéndose a más de 3,320 kilómetros cuadrados. A pesar de los avances, el lince todavía enfrenta amenazas, como la fluctuación de la población de conejos y los atropellos.
El objetivo actual es crear nuevos núcleos que permitan la conexión entre poblaciones, un esfuerzo apoyado por el programa Life Lynx Connect, con un presupuesto de 18.7 millones de euros hasta 2026. Se estima que se necesitan 750 hembras reproductoras para una situación favorable, aunque para evitar la endogamia serían necesarias alrededor de 1,100 hembras y ocho nuevas poblaciones.
El éxito de la conservación del lince ibérico es un testimonio del esfuerzo y la colaboración internacional en la protección de la biodiversidad. Aunque se han logrado avances significativos, la continuidad de estos esfuerzos es crucial para asegurar un futuro estable para esta emblemática especie.