El mecánico fue absorbido por el motor del avión mientras realizaba controles de rutina en Irán.
Un mecánico de aviones perdió la vida tras ser succionado por un motor a reacción.
Abolfazl Amiri estaba realizando trabajos de mantenimiento de rutina en el Boeing 737-500 de Varesh Airline cuando ocurrió el horroroso incidente.
El avión acababa de aterrizar en el aeropuerto internacional de Chabahar, en Irán, tras haber despegado de Teherán a las 7.15 horas.
Se debían realizar controles de rutina, pero no salieron según lo planeado.
Los informes sugieren que uno de los motores se encendió con las aletas de la cubierta abiertas para poder realizar la prueba.
Amiri había olvidado una herramienta cerca del motor y posteriormente se acercó a la turbina.
Lo arrastraron hacia el motor y lo mataron antes de que quedara envuelto en llamas.
Se llamó a los servicios de emergencia y recuperaron los restos de Amiri del motor.
Finalmente, el avión permaneció en tierra durante una semana mientras era reparado.
Desde entonces, las autoridades de aviación de Irán han iniciado una investigación sobre el trágico incidente.
Este trágico incidente en Irán se produce pocas semanas después de que un empleado del aeropuerto de Amsterdam fuera arrastrado hacia el motor de un avión y muriera.
El 29 de mayo, informes sugirieron que tanto los pasajeros como los trabajadores del aeropuerto holandés presenciaron la espantosa muerte.
Después de una breve investigación, la policía emitió un comunicado confirmando que tenían motivos para creer que el trabajador murió como resultado de un suicidio.
La Real Marechaussee de los Países Bajos explicó sus hallazgos y finalmente concluyó que la muerte del hombre no fue un accidente.
«El fallecido ha sido identificado como un empleado de una empresa que opera en el aeropuerto», se lee en el comunicado.
«La investigación ha revelado que se subió intencionalmente al motor, lo que indica que se trata de un caso de suicidio».
Como era de esperar, la muerte del empleado conmocionó a los pasajeros y a sus compañeros de tripulación.
Le dijeron al periódico holandés De Telegraaf que escucharon un «ruido infernal» tras el trágico incidente, así como a varias personas que presenciaron de primera mano la inquietante muerte.
El hombre murió esa tarde de mayo a las 15:00 hora local en el aeropuerto de Schiphol.
El comunicado del Real Marechaussee de los Países Bajos concluye: «Por respeto a la víctima y a sus seres queridos, no se harán más declaraciones».