Las taquerías y restaurantes mexicanos han venido reduciendo el picante de sus salsas para adaptarse al paladar de los extranjeros, generando un debate sobre cómo el turismo masivo está afectando las costumbres locales.
Muchos mexicanos han notado que el picante ya no es como antes, y no se parece al que estaban acostumbrados para acompañar sus tacos y otras comidas. Este cambio se ha observado en varias taquerías que han rebajado el picor de sus pico de gallo y salsas para complacer a los turistas extranjeros.
La llegada masiva de extranjeros a México, especialmente desde la pandemia, ha convertido a Ciudad de México en un gran atractivo, no solo como destino turístico, sino también como una opción de vivienda para los nómadas que trabajan a distancia. Esto ha provocado un efecto gentrificador en varias colonias de la ciudad.
Un informe de James Wagner para el New York Times comprobó cómo la llegada masiva de extranjeros está afectando el picante en la comida mexicana. Las colonias Roma y Condesa son unas de las zonas que registran alzas en los precios del alquiler superiores al 10 % o 15% que tienen en promedio Ciudad de México.
La comida se ha adaptado a este fenómeno de la gentrificación, y por eso muchos mexicanos han manifestado en las redes sociales que sus costumbres se están perdiendo porque las salsas ya no son picantes como antes.
La influencer mexicana Carmen Fuentes, que vive en EE.UU., viajó a su país natal y notó el cambio en sus platos favoritos. «Estoy en CDMX siendo víctima de la gentrificación. Fíjate que la salsa no enchila. ¿Sabes por qué no lo hace? Porque hay muchos estadounidenses viviendo aquí y cuando piden sus tacos, y están muy picantes, se los regresan a los taqueros», denunció.
Aunque la llegada de turistas extranjeros, especialmente estadounidenses, es una buena noticia por los ingresos que dejan para restaurantes, hoteles y bares, detrás de esto podría estarse presentando un cambio cultural. Es por esto que las taquerías han «suavizado» el nivel de picante para ser más acogedores y adaptarse a los paladares de los turistas que no toleran el picor.
«Es parte de la cultura mexicana comer 100 % enchilado… Gringo cabrón, si no te gusta regrésate a Texas a comer salsa de tomate que no te pique. Ven de visita a turistear pero no te quedes a vivir aquí», aseguró otro residente en las redes sociales.
Es así como la gentrificación también impactó a los chiles y a las salsas picantes que acompañan a los tradicionales tacos. Lo que podría ser bueno para el turismo también está afectando directamente a la cultura mexicana. Sin embargo, algunos puestos y taquerías se aferran a sus valores culturales y se han mantenido fieles a sus sabores.