Un equipo de científicos ha descubierto una cueva en la Luna que podría convertirse en una prometedora base lunar para futuras misiones espaciales. Utilizando una sonda lunar lanzada por la NASA, los investigadores encontraron un conducto subterráneo accesible, con una profundidad de 130 metros y un ancho de 45 metros.
Durante décadas, los astrónomos han teorizado que los cráteres lunares podrían ocultar túneles de lava inactivos que forman cuevas subterráneas. Esta hipótesis se ha confirmado ahora con el hallazgo en la fosa del Mar de la Tranquilidad, utilizando datos geológicos y modelado basado en información de la Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO) de la NASA recolectados en 2010.
«Se ha teorizado sobre estas cuevas durante más de 50 años, pero es la primera vez que hemos demostrado su existencia», explica Lorenzo Bruzzone, profesor de la Universidad de Trento y coordinador de la investigación.
Este descubrimiento abre la posibilidad de realizar más investigaciones en los cráteres lunares y eventualmente establecer bases lunares. Las cuevas podrían ofrecer un refugio seguro del entorno hostil de la superficie lunar, proporcionando protección contra la radiación, temperaturas extremas y el clima espacial. Sin embargo, la falta de hielo en la zona del Mar de la Tranquilidad podría ser un obstáculo, ya que el agua congelada se encuentra principalmente cerca de los polos.
Los investigadores sugieren que la ingeniería para construir una base en la superficie lunar podría ser más compleja que aprovechar una cueva natural, que ya cuenta con una estructura definida y solo necesitaría evaluar su estabilidad.
Este descubrimiento podría cambiar significativamente las misiones lunares futuras, brindando un refugio más seguro y accesible para los astronautas. Las cuevas proporcionarían un clima más templado y mayor protección frente a la radiación, además de un posible mayor acceso a recursos minerales.