Italia ha lanzado una serie de nuevas regulaciones para mitigar el impacto del turismo masivo durante la celebración de Ferragosto, una festividad que atrae a millones de turistas nacionales e internacionales. 13 millones de italianos y una multitud de visitantes extranjeros llenarán los destinos más emblemáticos del país, lo que ha llevado a las autoridades a adoptar medidas especiales.
Entre las medidas más destacadas están la prohibición de sombrillas, toallas y sillas en algunas playas de Cerdeña, así como la restricción de nadar de noche para evitar las juergas nocturnas. También se han establecido horarios para la música, que deben cesar a las 2 o 3 a.m. en diferentes localidades de la isla.
En Roma, Florencia y Venecia, se han instalado semáforos provisionales en zonas concurridas para controlar el flujo de personas que se detienen a tomarse selfies, evitando que bloqueen la circulación.
Además, la isla de Capri ha seguido el ejemplo de Venecia al imponer una tasa de entrada turística durante el fin de semana festivo, duplicando la tarifa habitual.
Estas medidas, aunque necesarias para preservar la calidad de vida de los residentes y la experiencia de los turistas, reflejan el desafío continuo de gestionar el sobreturismo en un país tan atractivo como Italia.