Científicos han descubierto que el iceberg A23a, el más grande del mundo, lleva meses girando en círculos en el Océano Austral. Con una superficie de 4.000 kilómetros cuadrados, este colosal bloque de hielo está atascado en la Columna Taylor, una estructura submarina que actúa como una especie de «trampa marina». Esta trampa genera un cilindro giratorio en el agua, lo que provoca que el iceberg gire sin rumbo, evitando seguir las corrientes oceánicas habituales.
Se esperaba que el iceberg A23a siguiera la corriente más poderosa del océano y se dirigiera hacia el Atlántico Sur, donde enfrentaría aguas más cálidas que acelerarían su deshielo. Sin embargo, la presencia de la Columna Taylor ha hecho que el A23a permanezca estancado en el mismo lugar, lo que podría prolongar su vida por años.
A pesar de que los icebergs suelen considerarse estructuras temporales que se derriten lentamente después de separarse de los glaciares, el A23a, que se desprendió de la costa antártica en 1986, parece ser una excepción. «El A23a es un iceberg que se niega a morir«, afirmó Mark Brandon, experto polar de la Open University.
En un contexto donde el cambio climático está acelerando el derretimiento de los glaciares, la persistencia de este iceberg parece ser una noticia alentadora, demostrando que, al menos por ahora, el iceberg más grande del mundo ha logrado escapar de su destino.