Científicos especializados en el estudio del glaciar Thwaites, conocido como el “Glaciar del Fin del Mundo”, han revelado datos alarmantes tras seis años de investigación. Utilizando barcos rompehielos y robots submarinos, los investigadores han descubierto que este glaciar en la Antártida se está derritiendo a un ritmo más acelerado de lo previsto, lo que podría desencadenar una catástrofe global si su colapso se vuelve irreversible.
El equipo, conocido como la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites (ITGC), ha revelado que la situación es sombría. El retroceso del glaciar se ha intensificado en las últimas décadas y, según los expertos, su desintegración completa podría ocurrir en los próximos 200 años, lo que elevaría el nivel del mar en más de 60 centímetros. Pero lo más preocupante es que Thwaites actúa como un «corcho» que contiene gran parte de la capa de hielo antártica. Si se colapsa, el aumento global del nivel del mar podría ser de hasta 3 metros, lo que afectaría gravemente a ciudades costeras como Miami, Londres, Bangladesh y muchas islas del Pacífico.
El glaciar Thwaites, de un tamaño comparable al estado de Florida, se encuentra en una posición geográfica extremadamente vulnerable. La tierra sobre la que descansa está inclinada hacia abajo, lo que expone cada vez más hielo al contacto con el agua cálida del océano. A lo largo de los años, los científicos han llevado a cabo múltiples experimentos, incluido el uso de un robot submarino llamado Icefin, que ha permitido observar cómo el agua caliente se filtra por debajo del glaciar, acelerando su deshielo.
A través de estas observaciones, descubrieron que el glaciar se derrite de formas inesperadas, con el agua oceánica creando grietas profundas y patrones en forma de escalera en el hielo. Otros estudios revelaron que el agua del mar podía infiltrarse hasta 10 kilómetros bajo Thwaites, exacerbando aún más la pérdida de hielo.
A pesar de los hallazgos preocupantes, los científicos también han encontrado un rayo de esperanza. Aunque se teme que los acantilados de hielo de Thwaites se colapsen rápidamente, los modelos informáticos sugieren que este proceso podría ser menos probable de lo que inicialmente se creía. Sin embargo, esto no significa que el glaciar esté a salvo. Según los expertos, es probable que todo el sistema de hielo de Thwaites y la Antártida pueda desaparecer antes del siglo XXIII, incluso si la humanidad detuviera la quema de combustibles fósiles.
El futuro del glaciar Thwaites y su impacto en el planeta sigue siendo incierto. Aunque se ha avanzado en la comprensión de su comportamiento, la amenaza de su colapso sigue siendo inminente, y el mundo debe prepararse para las posibles consecuencias devastadoras que podrían afectar a millones de personas.