La Fontana de Trevi no solo es uno de los monumentos más icónicos de Roma, sino también una fuente de ingresos bastante curiosa. Cada año, millones de turistas participan en la tradición de lanzar una moneda, esperando regresar algún día a la Ciudad Eterna. Sin embargo, pocos conocen el destino de esas monedas que, solo en 2023, sumaron más de 1,6 millones de euros.
La leyenda que acompaña a la Fontana de Trevi es clara: si lanzas una moneda, regresarás a Roma. Lanzar dos asegura el amor, y tres, el matrimonio. Esta práctica ha pasado de ser una simple superstición a convertirse en un verdadero fenómeno turístico que genera una enorme cantidad de dinero cada año. Afortunadamente, estas monedas no se quedan en el fondo de la fuente para siempre.
Cada día, el dinero es recolectado y destinado a Caritas, una organización benéfica que utiliza estos fondos para ayudar a los más necesitados. Lo que para algunos es un deseo o una esperanza de volver a Roma, para otros se traduce en comida, refugio y apoyo. Este acto simbólico se convierte así en un gesto de solidaridad que trasciende fronteras.
La Fontana de Trevi, con sus 26,30 metros de altura, no solo es famosa por su tradición de las monedas, sino también por su majestuosa arquitectura barroca. Diseñada por Nicola Salvi y terminada en 1762, la fuente está adornada con figuras mitológicas, entre ellas el dios Neptuno, rodeado de tritones y caballos de mar. Esta representación del dominio sobre las aguas encarna la grandeza del arte italiano y convierte a la fuente en un símbolo no solo de deseos, sino también de la rica herencia cultural de Roma.
Con más de 21 millones de turistas visitando Roma anualmente, la Fontana de Trevi se mantiene como uno de los principales atractivos de la ciudad. Sin embargo, el elevado número de visitantes ha llevado a las autoridades a implementar medidas para preservar este tesoro artístico. Las monedas seguirán volando al agua y los turistas continuarán pidiendo sus deseos, pero detrás de este acto simbólico se encuentra el compromiso de proteger un legado cultural invaluable.
Cada vez que alguien lanza una moneda en la fuente, no solo está pidiendo un deseo, sino también contribuyendo a una causa mayor que ayuda a los más vulnerables, mientras preserva la belleza de uno de los monumentos más queridos del mundo.
