Los glaciares del mundo se están derritiendo rápidamente debido al cambio climático, y esto ha provocado un aumento en el turismo de última oportunidad, un fenómeno donde los viajeros se apresuran a ver estos impresionantes paisajes antes de que desaparezcan. Sin embargo, estos viajes están volviéndose cada vez más peligrosos, con accidentes mortales en destinos como Alaska, Islandia e Italia.
En 2019, un grupo de turistas que navegaba en el lago Valdez, en Alaska, se vio atrapado por escombros y hielo tras acercarse demasiado al glaciar Valdez. Tres personas murieron. Este tipo de incidentes refleja los riesgos crecientes del turismo glaciar. A medida que los glaciares se derriten, el terreno se vuelve más inestable, aumentando la probabilidad de desprendimientos y avalanchas.
El guía turístico Zach Sheldon, propietario de Alaska Guide Company, ha sido testigo de estos cambios. En 2020, el glaciar Valdez retrocedió un kilómetro y medio, una prueba tangible del impacto del cambio climático. «Es como un despertar para muchos turistas», dice Sheldon, quien cree que solo quedan unos años para poder disfrutar de las excursiones a los icebergs antes de que desaparezcan por completo.
Mientras que muchos turistas buscan cumplir un sueño o disfrutar de una aventura, los glaciares se están convirtiendo en trampas mortales. El número de accidentes fatales ha aumentado, con muertes registradas en todo el mundo debido a derrumbes de hielo, desprendimientos de rocas y grietas ocultas.
En julio de 2022, el derrumbe del glaciar Marmolada en Italia, causado por un deshielo masivo, dejó 11 excursionistas muertos. Estos eventos son cada vez más comunes y menos predecibles, a pesar de los avances en la tecnología para comprender los riesgos. Como señala el glaciólogo Matthias Huss, los glaciares que antes se consideraban estables, ahora se vuelven peligrosos de manera repentina.
El costo ambiental del turismo glaciar también es un tema preocupante. Los vuelos que los turistas toman para llegar a estos lugares contribuyen significativamente al calentamiento global, acelerando el derretimiento de los mismos glaciares que viajan a ver. Sin embargo, para algunos, la experiencia de presenciar estos cambios de primera mano puede generar una mayor conciencia sobre la crisis climática.
El turismo glaciar sigue siendo atractivo, pero el paisaje está cambiando rápidamente. Mientras los glaciares desaparecen, los turistas deben enfrentar los peligros de un mundo cada vez más inestable.