El huracán Helene ha dejado un saldo devastador en el sureste de Estados Unidos, con al menos 116 muertos y millones de personas sin electricidad. Desde que tocó tierra en la costa del Golfo de Florida el 26 de septiembre de 2024, Helene ha causado inundaciones masivas, destrucción de infraestructura y ha aislado comunidades enteras.
Uno de los estados más afectados ha sido Carolina del Norte, donde se han reportado 30 fallecidos en el condado de Buncombe y alrededor de 600 personas desaparecidas. Las deslizamientos de tierra han empeorado la situación en las montañas de los Apalaches, mientras que la creciente de los ríos amenaza con prolongar las inundaciones en las próximas semanas. Varias carreteras y puentes han sido destruidos, complicando los esfuerzos de rescate y suministro de ayuda.
Más de 2 millones de hogares permanecen sin electricidad, principalmente en Florida, Georgia y Carolina del Sur. En algunas áreas, se han habilitado centros de refrigeración para enfrentar las altas temperaturas que azotan la región después del paso del huracán.
El presidente Joe Biden ha aprobado declaraciones de desastre en los estados más afectados para facilitar la llegada de recursos federales, mientras que el expresidente Donald Trump visitará Georgia para supervisar las labores de socorro. A medida que los equipos de emergencia luchan por restaurar los servicios básicos, los meteorólogos advierten sobre la posible formación del huracán Kirk en el Atlántico, lo que podría agravar la situación en los próximos días(
La devastación dejada por Helene ha generado una crisis humanitaria de gran magnitud, con daños estimados entre 15.000 y 100.000 millones de dólares, y la recuperación tomará semanas, si no meses.