El acelerado derretimiento de los glaciares y capas de hielo en los polos, uno de los efectos más alarmantes del cambio climático, está provocando un fenómeno inesperado en la península Antártica: la propagación de vegetación. Un reciente estudio publicado en la revista Nature Geoscience ha revelado que el deshielo ha causado un aumento significativo de las zonas verdes en esta región durante las últimas décadas.
Los científicos utilizaron imágenes satelitales para observar cómo la vegetación, en particular los musgos, ha crecido de manera exponencial desde 1986. En ese año, el área verde en la Antártida no superaba un kilómetro cuadrado, pero para 2021, esa cifra había aumentado a casi 12 kilómetros cuadrados. Aunque esta cantidad puede parecer pequeña en comparación con los 500 mil kilómetros cuadrados de la península, es una clara señal de que incluso los lugares más remotos y helados del planeta están siendo afectados por la crisis climática.
El Dr. Thomas Roland, investigador de la Universidad de Exeter y coautor del estudio, destacó la gravedad de esta expansión: «Esta pequeña fracción creció dramáticamente, lo que demuestra que incluso esta vasta y aislada región se está viendo afectada por el cambio climático causado por el hombre».
Este rápido avance de la vegetación en un ecosistema que debería estar dominado por el hielo es una advertencia más de la urgencia de detener las emisiones de carbono para frenar las consecuencias del cambio climático.