Michael O’Leary, CEO de Ryanair, ha sugerido que los aeropuertos implementen un límite en la cantidad de alcohol que los pasajeros pueden consumir antes de embarcar en un vuelo, proponiendo un máximo de dos bebidas alcohólicas. Según O’Leary, así como no está permitido conducir en estado de ebriedad, tampoco debería permitirse abordar un avión bajo los efectos del alcohol, para proteger el bienestar tanto de los pasajeros como de la tripulación.
Esta propuesta busca abordar el creciente número de comportamientos violentos a bordo de los vuelos, los cuales se han intensificado debido a la combinación de alcohol y sustancias psicoactivas. O’Leary señaló que los retrasos en los vuelos también influyen en este problema, ya que los pasajeros pasan más tiempo en los bares de los aeropuertos, o abordan en estado de ebriedad tras disfrutar en destinos como Ibiza, conocida por su vida nocturna.
Los pasajeros que se comporten de forma violenta pueden enfrentarse a multas, prohibiciones de embarque e incluso hasta dos años de cárcel. Sin embargo, O’Leary insiste en que son necesarias reglas más estrictas para prevenir estos incidentes antes de que ocurran. Como medida adicional, Ryanair ya ha comenzado a revisar las maletas de los pasajeros que vuelan a destinos festivos, buscando detectar alcohol a bordo.
Esta iniciativa subraya la importancia de controlar el consumo de alcohol en los aeropuertos para garantizar un viaje más seguro y placentero para todos.