Una disputa vecinal inusual ha llegado a los tribunales en la tranquila localidad de Bourgoin-Jallieu, Francia, donde una mujer presentó una demanda contra los propietarios de un gallo llamado Ricco. La demandante, quien prefirió permanecer en el anonimato, afirma que los constantes cantos de Ricco le han causado “dificultad para concentrarse, falta de sueño y fatiga auditiva”.
Según la demandante, ha intentado resolver la situación durante dos años a través del ayuntamiento local, sin éxito. En su denuncia, la mujer asegura que no solo ella, sino otros vecinos también se ven afectados por el estruendoso despertar matutino que provoca el gallo, que, según sus dueños, canta hasta quince veces en solo quince minutos durante las primeras horas del día.
Por su parte, los propietarios de Ricco, quienes llevan 25 años viviendo en la zona, defendieron a su mascota explicando que han tomado medidas para minimizar las molestias. “Tenemos un sistema automático que cierra el gallinero a las 20:00 y lo abre a las 9:00 en verano y a las 8:30 en invierno”, comentó Franck, el dueño de Ricco, a la radio France Bleu. También expresaron que esta área ha sido tradicionalmente rural, aunque el crecimiento urbano ha cambiado el ambiente en los últimos años.
Los dueños del gallo no han tardado en recibir apoyo en redes sociales y crearon una página en Facebook para reunir respaldo de la comunidad. “Nuestro gallo estuvo aquí mucho antes que los vecinos quejumbrosos”, afirman, mientras esperan la cita en los tribunales programada para enero de 2025.
¿Podrá Ricco seguir cantando a sus anchas, o tendrá que adaptarse a las normas de la nueva urbanización?