El arribo de Haji Hassanal Bolkiah, sultán de Brunéi, a Perú en el marco del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) ha deslumbrado a todos, no solo por su visita oficial, sino por el medio de transporte que eligió: un imponente Boeing 747-430, conocido como el «palacio volador». Este avión, modificado a un nivel de lujo sin precedentes, es una auténtica muestra de la opulencia que rodea al monarca.
Un avión convertido en una residencia de lujo
El Boeing 747 del sultán no es una aeronave común. Aunque el modelo ya lleva décadas en operación, ha sido modificado con una personalización valorada en más de 100 millones de dólares. Su interior no solo deslumbra con detalles recubiertos en oro macizo, sino que también incluye una cocina de alta gama diseñada para que chefs con estrellas Michelin preparen exquisitas delicias durante los vuelos. Las alfombras persas, los grifos y hasta las tinas de baño enchapadas en oro reflejan un nivel de lujo reservado para unos pocos en el mundo.
Instalaciones de ensueño a bordo
El jet privado del monarca cuenta con oficinas totalmente equipadas con internet satelital y diversas suites que permiten al sultán y su séquito descansar en la comodidad de un hotel cinco estrellas, incluso a 10,000 metros de altura. Además, posee una doble cubierta que ofrece amplios espacios para sus pasajeros y le permite realizar vuelos transoceánicos sin escalas gracias a sus potentes cuatro motores.
Una fortuna que se refleja en su estilo de vida
El sultán Hassanal Bolkiah es conocido por su extravagante estilo de vida. Con una fortuna estimada en 20 mil millones de dólares, posee desde autos deportivos de colección hasta propiedades icónicas, como un famoso hotel en Nueva York. Su residencia oficial, el Palacio Istana Nurul Iman, es una de las más grandes del mundo, con más de 1,800 habitaciones y un impresionante salón de banquetes.
En su primera visita oficial a un país sudamericano, el monarca llegó a Lima para participar en la APEC, evento que reúne a líderes de las principales economías del mundo. Este viaje marca un hito tanto por la importancia de las reuniones diplomáticas como por el espectacular despliegue de lujo que acompañó su arribo.