Si alguna vez te has sentado junto a una ventana en un avión, probablemente hayas notado que tienen esquinas redondeadas, a diferencia de las ventanas cuadradas que solemos ver en edificios. Pero ¿te has preguntado por qué? Este diseño no es casualidad; de hecho, está directamente relacionado con la seguridad en vuelo.
En la década de 1950, cuando los aviones comerciales comenzaron a volar a grandes altitudes para mejorar la eficiencia y comodidad, la industria aeronáutica descubrió un problema inesperado con las ventanas cuadradas. En esa época, los primeros modelos de aviones presurizados, como el De Havilland Comet, tenían ventanas rectangulares. Sin embargo, se registraron accidentes fatales debido a fallos estructurales en los fuselajes.
El problema radicaba en las esquinas de las ventanas. Las formas cuadradas tienen puntos de tensión concentrados en las esquinas, lo que las hace más propensas a agrietarse bajo la presión que ejerce la presurización del avión a grandes altitudes. A medida que el avión asciende, la diferencia de presión entre el interior de la cabina y el exterior crea una fuerza considerable en toda la estructura del fuselaje. Las esquinas agudas de las ventanas cuadradas no podían soportar esta presión acumulada, lo que resultaba en fracturas que comprometían la seguridad del avión.
El diseño de ventanas redondeadas fue la solución. Al eliminar las esquinas, la presión se distribuye de manera uniforme por toda la estructura de la ventana, reduciendo significativamente el riesgo de fallos estructurales. Este cambio aparentemente pequeño ha marcado una gran diferencia en la seguridad de los vuelos comerciales y se ha convertido en un estándar de diseño en toda la industria aeronáutica.
Además de su funcionalidad, las ventanas redondeadas también tienen una estética agradable y ofrecen vistas más suaves al exterior, lo que contribuye a la experiencia del pasajero. Pero más allá de su apariencia, estas ventanas son un recordatorio de cómo la ingeniería y la seguridad van de la mano en la aviación moderna.
Así que, la próxima vez que mires por una ventana redonda en un avión, sabrás que su forma no es solo una cuestión de diseño, sino un logro técnico que ha salvado innumerables vidas.