Varios médicos fueron suspendidos en el principal hospital público de Kenia, el Kenyatta National de Nairobi, tras practicar por error una cirugía cerebral a un hombre que no la necesitaba.
Se trata de un paciente que tenía una herida en la cabeza para la que solo necesitaba cuidados de enfermería, pero que se encontraba en la misma sala que otro con un coágulo en el cerebro.
Los médicos no se dieron cuenta que se trataba del paciente equivocado hasta horas después, cuando el paciente ya llevaba varias horas en el quirófano y vieron que no había ningún coágulo.
Se cree que el error se debió a que la única forma que tiene el hospital de identificar a los pacientes es mediante una etiqueta en las batas de los pacientes y podría haber habido un error al entrecruzar los nombres.
El hospital decidió suspender al cirujano, al anestesista y a dos enfermeras por el caso. A pesar de ser uno de los peores casos de mala praxis médica del país, por suerte ambos pacientes se encuentran bien.