Actualización sobre británica forzada a traficar drogas por banda criminal

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Redactora Social
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Una joven británica vive una pesadilla en prisión georgiana

La historia de Bella-May Culley, una joven británica de 22 años que permanece detenida en una cárcel de Georgia, ha generado conmoción en el Reino Unido y más allá. La mujer, actualmente embarazada, fue arrestada por tráfico de drogas en abril de este año, aunque afirma haber sido víctima de una red criminal que la obligó a actuar como mula. Su caso levanta importantes alertas sobre el aumento del uso de mujeres jóvenes en actividades ilegales mediante amenazas y coerción.

Bella-May, originaria de Southsea, Portsmouth, se encontraba en el país del Cáucaso cuando fue interceptada por las autoridades locales con una cantidad considerable de drogas. Desde entonces, ha permanecido detenida en condiciones difíciles, enfrentando una posible condena de hasta 14 años de cárcel. Su madre, Sam Culley, ha iniciado una campaña pública para exigir apoyo diplomático y justicia para su hija.

¿Cómo comenzó este calvario?

Según versiones de la familia, todo comenzó cuando Bella-May, que padece problemas de salud mental, fue manipulada por un grupo criminal del Reino Unido. La red se habría aprovechado de su vulnerabilidad, haciéndole creer que estaba ayudando a un amigo, sin que ella comprendiera completamente las implicancias legales de lo que hacía.

La joven fue llevada a Georgia, donde fue utilizada como “mula” o mensajera para el transporte de drogas. Tras su detención, durante una escala en el aeropuerto de Tiflis, la policía encontró sustancias ilegales entre sus pertenencias. Aunque la defensa asegura que Bella-May no actuó por voluntad propia, las autoridades locales han mostrado poca disposición a considerar esta posibilidad.

La situación legal que enfrenta Bella-May

Actualmente, Bella-May permanece en detención preventiva en una cárcel georgiana, donde sus condiciones de salud han empezado a deteriorarse. En reciente entrevista con LADbible, su madre confirmó que la joven se encuentra embarazada y requiere atención médica urgente. No obstante, recibir asistencia ha sido extremadamente difícil.

La familia ha solicitado la intervención del Foreign, Commonwealth & Development Office (FCDO), el organismo oficial que se encarga de asistir a británicos en el extranjero, pero hasta ahora la ayuda ha sido limitada. Sam Culley ha denunciado que las restricciones del sistema diplomático británico no están protegiendo adecuadamente a su hija, especialmente por tratarse de una víctima de explotación criminal.

Ola de apoyo público 💬

La historia de Bella-May ha captado la atención del público y de organizaciones que luchan contra el tráfico ilegal de personas y drogas. Varias agrupaciones de derechos humanos y ciudadanos comunes han iniciado una campaña online para exigir su liberación y retorno seguro al Reino Unido.

  • Más de 50.000 firmas respaldan la petición en Change.org dirigida al gobierno británico.
  • Grupos de apoyo a mujeres vulnerables, como Women in Prison, han expresado su preocupación por el caso.
  • El caso también ha sido cubierto por The Independent, generando debate sobre la responsabilidad de los gobiernos ante víctimas de trata.

Sam Culley ha contado que su hija ha perdido peso de forma alarmante y teme perder a su bebé debido a las malas condiciones en la cárcel. Además, asegura que Bella-May se enfrenta a dificultades lingüísticas, ya que no habla georgiano, lo cual complica su capacidad de defensa legal.

¿Podría ser repatriada a Reino Unido?

Algunos expertos legales han señalado que, si se logra comprobar que Bella-May fue forzada a cometer este delito, podría aplicarse el principio de protección de víctimas de trata, reconocido por organismos como las Naciones Unidas y por la propia legislación británica a través del Modern Slavery Act 2015.

No obstante, esto requiere colaboración entre ambos países y la disposición de las autoridades georgianas de revisar el caso con perspectiva de derechos humanos. Mientras tanto, la madre de Bella-May continúa luchando para que su hija sea transferida a una prisión británica o liberada bajo supervisión médica.

El fenómeno de jóvenes británicas forzadas al crimen ✈️⚠️

Este caso ha reabierto una discusión más profunda sobre cómo los grupos delictivos están usando cada vez más a personas vulnerables y jóvenes, especialmente mujeres, para traficar drogas a través de fronteras internacionales. Lo que a menudo comienza como una promesa de trabajo o ayuda financiera termina siendo una red de manipulación y abuso físico y emocional.

De acuerdo con datos de la National Crime Agency (UK), más de 1.200 personas fueron identificadas como víctimas de explotación criminal en 2023, y muchas de ellas eran mujeres o adolescentes con antecedentes de fragilidad mental o social.

Casos como el de Bella-May revelan que, en muchas ocasiones, las víctimas son tratadas como delincuentes por las autoridades de otros países, sin que se consideren los factores que las llevaron a cometer delitos contra su voluntad.

¿Qué se necesita para evitar nuevos casos?

Este caso pone en evidencia la urgencia de implementar medidas más efectivas para:

  • Educar a jóvenes vulnerables sobre los riesgos de involucrarse con redes criminales, especialmente en redes sociales.
  • Fortalecer la cooperación internacional para identificar y proteger a víctimas de trata y explotación.
  • Ofrecer asistencia diplomática efectiva a ciudadanos detenidos en el extranjero por situaciones de coerción criminal.

La madre de Bella-May ha compartido que, a pesar de todo, su esperanza no desaparece. “Solo quiero que mi hija y su bebé estén seguros. Ella necesita ayuda, no condena”, expresó visiblemente afectada.

Conclusión: Una historia que aún busca justicia 🕊️

Bella-May Culley enfrenta una de las experiencias más duras de su vida: un embarazo en condiciones precarias y una prolongada detención en un país extranjero por un crimen que, según sus familiares, nunca eligió cometer. Su historia nos recuerda que, tras cada estadística de narcotráfico, puede esconderse una víctima de trata humana. La comunidad internacional, y sobre todo el gobierno británico, deben tomar acciones concretas para garantizar que casos como este no queden en el olvido

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