Un momento de máxima tensión se vivió este sábado en el Aeropuerto Internacional de Denver, cuando un avión de American Airlines tuvo que ser evacuado en plena pista tras desatarse un incendio momentos antes del despegue.
El vuelo AA3023, con destino a Miami, transportaba a 173 pasajeros y seis tripulantes a bordo de un Boeing 737 Max 8. Según la compañía, el siniestro se originó por un problema mecánico en un neumático, lo que provocó fuego y una espesa nube de humo bajo la aeronave.

Videos difundidos en redes sociales muestran a los pasajeros descendiendo por los toboganes de emergencia mientras las llamas se extendían en la zona del tren de aterrizaje. La evacuación se realizó con éxito: solo una persona debió ser hospitalizada por una lesión leve y otras cinco recibieron atención médica en el lugar.
La Administración Federal de Aviación (FAA) informó que el incidente ocurrió en la pista 34L alrededor de las 14.45, y que se investiga un posible accidente con el tren de aterrizaje. American Airlines, por su parte, emitió un comunicado confirmando que la aeronave quedó fuera de servicio y será sometida a una inspección minuciosa por parte del equipo de mantenimiento.
A raíz del accidente, el aeropuerto suspendió sus operaciones durante una hora, generando demoras que tardaron varias horas en normalizarse. Los pasajeros pudieron continuar su viaje hacia Miami ese mismo día en un avión de reemplazo.
Otro susto reciente con la aerolínea
Este no es el primer incidente que afecta a American Airlines en las últimas semanas. A fines de junio, un vuelo que partía de Las Vegas rumbo a Charlotte debió regresar de emergencia cuando una de sus turbinas comenzó a emitir chispas y humo a los pocos minutos de despegar.
En aquella ocasión, el avión con 153 pasajeros y seis tripulantes logró aterrizar sin heridos, aunque las imágenes del motor iluminando la noche con chispas generaron gran preocupación.
Con dos episodios tan recientes, las miradas ahora se dirigen a la aerolínea y a la seguridad de sus aeronaves, en un contexto en el que los pasajeros exigen respuestas y garantías para volar con tranquilidad.
